Mi hija quiere ser niño: ¿Por qué es urgente una política de género en los colegios?

Mi hija quiere ser niño: ¿Por qué es urgente una política de género en los colegios?

El tema de género se ha ido ampliando en los últimos años, en parte porque ahora existen más medios para trasmitir las inconformidades que se tienen respecto a la relación masculino y femenino, pero también porque la sociedad actual está entrando en una situación en la que las dificultades para resolver las demandas por cuenta del estado se ven cada vez más etéreas, sin importar si son políticos de una corriente ideológica de derecha o de izquierda. No obstante, en el plano de la ideología, muchas mujeres en los últimos años han tratado de explicar que la ideología de género es un mecanismo artificial para discriminar a las mujeres o para darles un estatus de inferioridad respecto a su trabajo o su condición social. Es suficiente con leer las estadísticas de feminicidio en Colombia y la fuerte implicación que a nivel social está teniendo en los niños. En ese caso, se puede plantear la pregunta: ¿Es la ideología de género un sesgo que está alterando las decisiones de identidad de nuestros jóvenes?

 Lo primero que se puede establecer es que ideología de género no es lo mismo que política de género. A saber, una ideología está cargada de simbolismos que pretenden dar una idea en que hay superioridad entre un género o el otro, en este caso, la ideología de género se hace evidente en la forma en que empresas, o sistemas  económicos pueden crear una discriminación entre hombres y mujeres a través de diferencias salariales o de trabajo. Por eso tengamos claro que ideología de género es crear sesgos institucionales o sociales entre la distinción masculino o femenino, sin querer decir con ello que no existan roles que directa o indirectamente se pueden asumir entre lo masculino o lo femenino. (Wall, 2006).

 Por otro lado, la política de género implica la serie de funciones o actividades que se van a  desarrollar en las instituciones para mitigar o prevenir lo que se ha denominado un sesgo ideológico de género. Los colegios de Colombia han tratado de incluir la política de género dentro de sus estrategias de prevención de matoneo o cuidado y convivencia. No obstante, el elemento ideológico emerge indirectamente en las relaciones socio afectivas que los niños o las niñas mantienen a diario. Allí la idea de prevención es un contexto académico que no aplica conscientemente a las prácticas cotidianas, más cuando las noticias y mensajes que se envían desde los diferentes medios u organizaciones sigue siendo un recalcitrante mensaje a que ser mujer es sinónimo de debilidad y de peligro constante. ¿Qué está pasando en la educación masculina para que los hombres entren en esa etapa mítica de superioridad violenta? Tanto lo masculino como lo femenino tienen un contexto de análisis que en la historia se han ido modificando por el periodo social que ocupan y también por la incidencia de acomodarse a otras regulaciones simbólicas para mantener su identidad. Y es quizá desde ese punto donde se trata de abordar el tema sobre: ¿Por qué una niña en un momento de su vida temprana quiere ser niño? O ¿Un niño que no acepta su cuerpo y espera también cambiarse de sexo? Son contextos sociales, lo primero es que la ideología de género  está presionando negativamente la identidad. La identidad descrita en contextos sociológicos, psicológicos o filosóficos se adhiere a nuestra capacidad de percibir el mundo, el cual vamos adaptando de diferentes maneras según propósitos o ambientes culturales. Entonces, el cambio de sexo a edad tan temprana es un diagnóstico de la constante contradicción de identidad y la sobre exposición a las ideología de género que están padeciendo nuestros niños.

 La identidad no tiene solo que ver con los gustos, sino además con una comprensión epistemológica de percibir el mundo entre un sistema de valores que definirán lo que genera bienestar y rechazo a lo que produce dolor y resentimiento. Por ello, que un niño entienda su cuerpo en dimensiones sociales, culturales y adquiera la capacidad de tener pensamiento crítico frente a los sesgos de género puede ser una forma de reafirmar su sexualidad al mismo tiempo que confronta las decisiones de su identidad.  Lo colegios no han logrado implementar una política de género consistente porque entienden que el discurso feminista puede ir en contraposición a lo que en materia educativa llaman el PEI, la Visión o la Misión según sus principios corporativos. Pero mientras el tema se siga leyendo de forma superficial y los colegios tengan cada vez más temor a que el feminismo proponga una lectura diferente de entender los roles sociales, más expuestos estarán los niños a las confusiones ideológicas del género y más reactivas se dará su comprensión a la sexualidad personal que incluso en casos extremos los lleva al suicidio. El alcance de una política de género diseñada e implementada para los colegios en exclusiva comprensión a que por un lado la mujer sienta cada vez más que su papel en la sociedad es pertinente y no sumiso, puede posiblemente generar un incentivo a que las próximas niñas no padezcan  esas contradicciones, y al mismo tiempo los niños podrán salir de la mitología clásica del hombre-macho que todo lo puede y no se atreve a manifestar sus emociones por el miedo al juicio. No se quiere decir con ello que no pueda haber una inclinación natural entre una persona u otra a querer ser homosexual, o trans, pero, que si lo hacen sea en plena conciencia y libertad de sus acciones por un reconocimiento más amplio de su identidad y de su relación socio-cultural, y que no se haga por presiones ideológicas que por un lado buscan reconocimiento de derechos en una cultura machista y dominante y por otro, se ocultan para no ser juzgados de la misma cultura machista y dominante,  en ninguno de los dos casos la opción será mirar hacia otro lado y pareciera que los colegios lo están haciendo, están mirando para otro lado mientras los niños tienen la mirada al frente y esperan con expectativa un grado de verdad y esperanza en un mundo cada vez más aparente y sin sentido.

·      De Waal, M. (2006). Evaluating gender mainstreaming in development projects. Development in practice.

·      Beltrán, Elena y otras (eds.), Feminismos. Debates Teóricos Contemporáneos. Alianza, Madrid, 2001.    

 

Ricardo Andrés Manrique Granados

Docente de humanidades. Editor de textos educativos; corrector de estilo de libros y artículos científicos

1 año

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