No monté esto para ser jefe... ¡Pero, lo soy!

No monté esto para ser jefe... ¡Pero, lo soy!

La responsabilidad de los empleados, los desacuerdos con los clientes, las decisiones erróneas, las acertadas, los proyectos imposibles, las personas, los impagados, las alegrías, el "subidón" del proyecto acabado, las felicitaciones y... ¡Esto nunca para!

Todo esto y mil cosas más son las que hacen que ser jefe tenga sus momentos buenos y malos.

Pero ante todo, lo importante para un buen jefe es el equipo humano.

Es muy difícil hacer que todas las personas del equipo remen hacia el mismo lado y a la vez, es muy complicado que todas y todos estén contentos. ¡Si es imposible que todos estén a gusto con la temperatura del estudio! Pero eso ya está asumido, es una lección que se aprende rápido.

Lo verdaderamente difícil es hacer que el equipo confíe en ti y tú en él. 

Pero hay cosas que siguen sorprendiendo. Que te esfuerces en darles un futuro a esa juventud que viene sin tener un mínimo conocimiento de lo que es el esfuerzo, de unos valores que no han conocido, porque papá y mamá les han dicho que su obligación era estudiar y en el verano disfrutar que para eso se lo han ganado.

Y una vez que tienen el título, luego el máster y no sé cuantos idiomas, creen que es llegar y besar el santo.

“Yo quiero entrar en tu empresa para tomar decisiones”.... Y se quedó tan ancho al decirme un chico en una entrevista y, que tras acabar su carrera quería comerse el mundo.

Nadie le había dicho que para comerse el mundo hay que esforzarse y tragarse muchos sapos antes. Aprender del mundo laboral, aprender de la vida real, no la de algodones en la que ha vivido. Aprender que un sueldo es una responsabilidad; no se lo voy a pagar por estar sentado calentando la silla.

Simplemente les falta experiencia, pero no experiencia en un cargo directivo como pretenden muchos, sino la experiencia de haber trabajado durante esos veranos que antes he citado: en una obra, en un bar recogiendo vasos, en un camping limpiando... En un montón de sitios que no te piden grandes responsabilidades, salvo ”que agilices, que espabiles”, porque tu pérdida de tiempo es una pérdida para la empresa.

Estamos de acuerdo en que no será un trabajo cualificado, pero sirve para vivir la realidad y cuando llegas a una empresa que te quiere valorar, tú también sepas valorar.

Esto es un camino de dos direcciones, la del empleado que quiere crecer y la del empresario que busca rentabilidad.

No hay mayor ilusión que tus empleados sigan tu camino y evolucionen, aprendan y algún día vuelen solos.

Unos lo conseguirán y otros ni lo intentarán, pero los que quieran intentarlo, que sepan que para llegar a ser jefe antes has tenido que ser ¡¡¡¡currela!!!!! 

Así valorarás a tus empleados como personas y no como números.
Jordi Domingo

Ingeniero técnico en RosRoca Indox CryoEnergy, SL

5 años

Creo que habéis acertado en estos comentarios, sin mentalidad de servicio y esfuerzo al resto de la empresa a todos los niveles y direcciones ( de jefes a trabajadores y de trabajadores a jefes )  no se optimizan objetivos, ya que , tal como cometáis el capital principal de la empresa es el capital humano que la forman y la mentalidad de colaboración entre ellos, cada uno en su lugar con esta mentalidad de servicio hacia el otro aunque sea de menos rango. Los indirectos ( normalmente son los jefes ) han de estar al servicio de los directos, que son los trabajadores para hacerles fácil y motivante ya  su trabajo que son los que generan el producto y la facturación. El ir de jefe no sirve de gran cosa para hacer equipo

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