Mundos Paralelos

Aprendizajes e insights a partir de la Improvisación

En innovación una fuente de inspiración suele ser la exploración de otras prácticas que a priori parecen lejanas al objeto de nuestro dominio.  

Es así que a partir del estudio de la Improvisación como disciplina teatral, podemos descubrir algunas pistas que nos ayuden a recorrer, de una manera más amigable, el tiempo presente que nos toca vivir donde parece no haber una ruta escrita para movernos y reina la incertidumbre sobre el futuro inmediato.

Veamos algunas pistas:

Disfrutar el momento. Que puede ser de peligro o de vértigo. A diferencia del teatro tradicional, donde hay mucho ensayo antes de salir a escena, en la Improvisación se trata de entregarse a la aventura de sortear el momento. Claro, con técnicas de base y donde ayuda mucho el humor y la capacidad de disfrutar la escena. Llevado a las empresas, la calidad de vida laboral mejoraría enormemente solo por evitar el padecimiento. Tal vez no podamos elegir la situación, pero sí la manera en la que la enfrentamos.

El dolor no se elige, el sufrimiento sí.

Saber que se puede fallar.   Hay una certeza que es que nada va a salir como estaba previsto. Es más, es mejor no prever porque seguro vas a sentir defraudado. Hay una base que es la confianza en el equipo con el que estas co-construyendo. Y esa confianza se alimenta de apertura y escucha genuina. Dejarse fluir y entregarse a la co-construcción.

 La confianza no se gana, se pierde. 

A la gente le gusta el desobediente en escena. Y es muy probable que muchos colaboradores y clientes valoren y disfruten de ver nuevas respuestas o soluciones distintas que, en muchos casos,  pueden ir en contra de todo aquello que estaba planteado hasta el momento. Si nos cambió la realidad, ¿porqué no cambiar las respuestas?  Es hora de romper los moldes y hacer diferente. Por ejemplo, va siendo hora de dejar el control atrás.

 La gente espera cosas nuevas, sino es una pérdida de tiempo.

La función puede ofender. O puede no gustar del todo a alguna parte involucrada. Es imposible detenerse en el consenso absoluto donde todos tienen que ser parte y estar de acuerdo. Esto es un gran bloqueador en un mundo que se presume ágil. Los consentimientos son más adecuados en estos momentos, es decir no todas las personas tienen que estar del todo de acuerdo en lo que deciden o piensan pero ceden para poder avanzar y fluir.

No hay ideas que estén mal. Solo hay que compartirlas sin pensar tanto porque nos frenamos.

Existe presión para evolucionar. Cuando se hace algo nuevo muy probablemente lleve a fallar más porque no se ha experimentado previamente. El problema se presenta en las masterclass, es decir cuando los actores son experimentados o de renombre y generalmente no se permiten el error. Pueden llegar a tornarse aburridos y hasta obsoletos. Traducido al mundo organizacional eso puede llevar a la parálisis o a la falta de toma de riesgos. También a hacer bajo un gran costo personal por no admitir un honesto “no sé” o “me equivoqué”, un amable “probemos” o un inclusivo “preguntemos a otros que saben más al respecto”.

 Habilitar el error es una gran fuente de evolución.

 En Improvisación hay que hacer cosas diferentes todo el tiempo para mantenerse en escena.  Esta parece ser la clave por estos días donde es necesario innovar y reinventar roles, procesos, proyectos, áreas, productos, servicios y hasta el negocio mismo para seguir en escena.

 Estamos en tiempos de re-evolución, y en muchos casos llamados a reinventarnos con capacidades distintas para desplegar y despegar.

 “No es que no quiera morir, simplemente no quiero estar ahí cuando suceda.”

Woody Allen