Nada nuevo bajo el sol. 100 años
En 1919 John Mainard Keynes escribía "si aspiramos deliberadamente al empobrecimiento de Europa central me atrevo a predecir que la venganza no tardará. Entonces nada podrá retrasar por mucho tiempo esa definitiva guerra civil entre las fuerzas de la Reacción y las desesperadas convulsiones de la Revolución, ante cuyos horrores palidecerán por insignificantes los de la última guerra..."
Hacía unos pocos meses que había vuelto de París donde había participado activamente en las negociaciones como uno de los miembros más cualificados del gobierno británico. La obra que contiene estas palabras llevaba el título de "Las consecuencias económicas de la paz" una amarga diatriba contra el Tratado de Versalles.
Tres años después, en octubre de 1922 Benito Mussolini organiza su Marcia su Roma que le lleva a obtener el poder en Italia.
Por esas mismas fechas la República de Weimar asfixiada por la deuda, se lanza a emitir dinero Papiermark, que lleva a una inflación tal que el coste de la vida se multiplicó por 2.000.000.
También en 1922, el 3 de abril, Stalin fue nombrado Secretario General del Partido Comunista Panruso, un cargo desde el cual, en poco tiempo, obtuvo el máximo poder.
En noviembre de1923, imitando a su colega italiano, Hitler acomete el Putsch de la Cervecería en Munich, con la pretensión de tomar esa ciudad y marchar hacia Weimar y hacerse con el poder. Lo logró unos años después.
Todos sabemos dónde nos llevaron esos demagogos dispuestos a explotar la desigualdad, la emoción nacionalista, la incertidumbre, y la inflación para tomar el poder predicando el odio al otro.
Basta reemplazar la Gran Guerra por la crisis financiera del 2008 y la debacle del covid para ver cómo otra vez estamos bajo el mismo sol y las mismas nubes negras.
Telefónica Project Manager
2 añosFantástico artículo Jesús Labrador Fernández. Es triste ver que lo que denunciaba Ortega y Gasset sigue vigente en lo relativo a que uno de los principales problemas de España es la poca calidad de sus políticos... A mí se me revuelve el estómago viendo que están todos hablando y luchando por los famosos fondos europeos pero ninguno habla de cómo hacer que nuestra economía vuelva a rodar por sí misma... No me imagino a ningún país anglosajón con debates como éste cuando lo que se debería hacer es forzar e incentivar que nuestro tejido productivo (bienes y servicios) se pongan de nuevo a funcionar... es como el parado que está más pendiente de las subvenciones para vivir sin trabajar que de buscar empleo o formarse para sobrevivir a largo plazo....
Director del Máster de Riesgos en ICADE | Profesor de mercados financieros | IEB | NYU | ICADE
2 añosEstoy 100% de acuerdo, y me acompaña estos días tu mismo pensamiento. Son muchos los puntos en común que tenemos con aquella época, y muchas las papeletas para volver a cometer los mismos errores. La pandemia queda atrás, igual que en 1922 quedaba atrás la pandemia de gripe, mal llamada española. Una vez vencida la pandemia se instauró en algunos ámbitos una borrachera colectiva que tras los felices 20 llevó primero al crack del 29 y después a lo que bien describes en tu artículo. En el 2022 vamos a tener una lluvia de millones europeos que ojala me equivoque, emborracharán a algunos... y si no son bien aplicados contribuirán a acrecentar la desigualdad social, caldo de cultivo estupendo para los populismos... Mil gracias Jesús, por hacernos pensar un día más