Nada nuevo bajo el sol. Emociones eternas.

Al visitar el museo del Cerámico en Atenas, igual que en muchos otros, nos encontramos con miles de vestigios a los que nos es muy difícil dar sentido. Nos cuesta comprender su función, nos cuesta entender su mensaje y pasamos nuestra mirada por ellos sin reparar en nada mas allá de la forma y del tamaño.

Esta estela llena de tierna belleza se encuentra allí, y no pasaría de ser otra bella piedra hasta que alguien nos ayuda a entender el significado de los textos que hay en ella. Entonces todo tiene un sentido tan próximo, tan inmediato que esa mujer griega del siglo V a. e. c. es nuestra contemporánea.

“Sostengo al querido hijo de mi hija, al que tuve sobre mis rodillas, cuando, vivos, veíamos la luz del sol. Ahora sostengo al niño muerto, muerta yo también”

La emoción es un lenguaje universal que nos traslada por el tiempo y el espacio.