¿Otro café?
Tomarse un café, sea una taza, un vaso o una jarra —según la cultura— es considerado en la nuestra un acto cotidiano más o menos estructurado, muchas veces atribuible a alguno de nuestros rituales de socialización.
Los días de aislamiento, teletrabajo y gestión psicológica del confinamiento imponen cambios en nuestros hábitos y hagas lo que hagas, el tiempo avanza más despacio. La red se colapsa más de lo habitual y en la pantalla inmóvil y oscura el reflejo de un rostro ingenuo e infantil que te reclama para que le ayudes con los deberes.
Y es en ese momento o antes, o después, o en cualquiera de todos, cuando entras en la cocina y parece que la cafetera te guiña un ojo: ¿Qué? ¿Otro café?
Pero eres un profesional de la salud y sabes que la cafeína, ese alcaloide sólido cristalino, blanco de sabor amargo y del grupo de las xantinas, es una droga psicoaptiva ¡y te resistes!
Vuelve a funcionar el ordenador y un alud de mensajes te recuerdan las premisas para la gestión psicológica del confinamiento: organízate, planifícate, cuídate, protégete, relájate, distráete, tienes que hacer cosas diferentes, que ser positivo y sobre todo tienes que informarte solo en fuentes oficiales. De repente la pantalla se ilumina y una de esas fuentes oficiales te ofrece un titular:
¿Por qué es importante seguir bebiendo café durante el confinamiento por el coronavirus?
Esperanzado corres en busca de la respuesta: favorece la actividad y ayuda a adelgazar, te ayuda a concentrarte, previene la depresión, protege tu corazón y sobre todo ¡vivirás más años!
Click a enter y a otra página. Pero antes vuelves a la cocina y cuando el olor humeante, caliente y amargo alcance tu cerebro, te preguntarás:
¿Y si dejamos que sean los que saben, los que nos hablen de lo que no sabemos?
Dra. en Salud y Calidad de Vida
4 añosGraaaaaacias por compartit😘