¿Podemos dejar de hablar del cerebro?
Es emocionante ver un enfoque creciente en la educación infantil temprana en Chile. Aprender a leer y escribir debería ser la expectativa mínima para un país. Sin embargo, ciertas frases profundamente arraigadas continúan persistiendo, obstaculizando nuestro progreso.
¿Por qué no avanzamos? Sugeriría tres razones principales:
1. Disparates Neuro-deepity: Daniel Dennett, en su discurso de 2009 en la conferencia de American Atheists, utilizó el término "deepity," acuñado por la hija adolescente de uno de sus amigos. Este término se refiere a una afirmación que aparentemente es profunda, pero que en realidad afirma una trivialidad en un nivel y algo sin sentido en otro. Generalmente, un "deepity" tiene (al menos) dos significados: uno que es verdadero pero trivial, y otro que suena profundo pero es esencialmente falso o sin sentido y sería "trascendental" si fuera cierto. En la medida en que es verdadero, no tiene importancia. En la medida en que tiene importancia, no es verdadero (si es que realmente significa algo). Este segundo significado también se ha denominado "tonterías pseudo-profundas".
Este concepto es relevante porque muchas frases en educación, como "aprender a leer es bueno para el desarrollo del cerebro," son neuro-deepities. Aunque puedan sonar impresionantes, en realidad no aportan una comprensión real de cómo los niños aprenden. Estas frases sugieren que hay un propósito superior en aprender a leer más allá de la capacidad de leer en sí misma, implicando que al aprender a leer el cerebro crecerá de ciertas maneras. Sin embargo, solo usar la palabra "cerebro" no significa que se entienda cómo aprende un niño.
La psicología cognitiva, o "la ciencia del aprendizaje", ofrece un marco mucho más útil y flexible para entender cómo aprenden los niños. En lugar de enfocarse en "nuevas conexiones en el cerebro", la psicología cognitiva se centra en lo que los niños saben, pueden hacer, decir y experimentar. En realidad, tenemos poco entendimiento de cómo los estados físicos del cerebro se relacionan con la lectura, por lo que la ciencia cognitiva es tan valiosa. Es más práctico enfatizar que la adquisición de habilidades de lectura es fundamental en sí misma.
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2. El Aprendizaje Conduce a la Motivación, No al Revés: Existe un profundo malentendido sobre la relación entre el aprendizaje y la motivación. Los niños no aprenden a leer porque están motivados para leer; aprenden a leer porque se les enseña a leer. Solo unos pocos niños aprenderán a leer de forma natural.
Considera esta analogía: si te piden construir una pared sin enseñarte cómo hacerlo, ninguna cantidad de motivación te ayudará. Es injusto culpar a los padres o a los propios recursos internos del niño por su incapacidad para leer. Aprender a leer es un proceso específico que debe ser enseñado explícitamente por adultos capacitados.
3. El Papel del Entorno Familiar: Sí, los niños de hogares ricos en vocabulario y cultura donde los padres les leen tienden a ser mejores lectores. Esto es obvio. Sin embargo, debemos recordar que en nuestro país, aquellos que más necesitan apoyo en la lectura a menudo provienen de hogares donde los padres trabajan largas horas y no pueden dedicar el tiempo necesario para ayudar a sus hijos. La responsabilidad principal de enseñar a los niños a leer recae en las escuelas, no en los padres. Como educadores, es nuestro trabajo asegurarnos de que esto suceda; es la expectativa mínima.
Desafortunadamente, los programas de lectura a menudo no enfatizan la práctica explícita, estructurada y deliberada necesaria para enseñar a leer. Suponen que simplemente estando rodeados de libros o siendo suficientemente felices, los niños alcanzarán la alfabetización, pero este no es el caso.
Carlos A. Rinaldi
6 meses100 % en desacuerdo. Solo se aprende ante una necesidad. De la necesidad nace el interés y entonces se da el aprender. Para que querría un niño aprender a leer. Sólo por necesidad porque si no lo hace,no va a poder sobrevivir. Solo se aprende de la práctica y la teoría fundamenta esa práctica. El docente ignorante, diría Jacques Ranciere, orienta para que el estudiante aprenda lo que tiene interés de aprender. El rol del maestro no es transferir conocimiento, sino emancipar al estudiante, ayudándole a confiar en su propia inteligencia y capacidad de aprender. Creo que ese es el problema fundamental,no detectar cual son los intereses y necesidades y para peor de males, teorizar sobre ellos. Asumiendo que, yo docente, te digo que estos son tus necesidades e intereses. En fin...es largo para discutir.
Fundador y CEO de Darkhei Noam, Miembro del Consejo del Observatorio de la Conciencia Empresarial, Rav y Director de los programas Bnei Torá y Yesodot, Maguid Shiur en Maimonides School y Torat Jaim.
6 mesesMe encantó, 100 % de acuerdo. En muchos ámbitos existe un reduccionismo generalizado de lo "psi" y lo emocional. Creo que quienes trabajamos en difusión de contenidos, debemos invertir en lograr transmitir claridad en nuestros mensajes, y nociones que aporten a una comprensión más profunda de los fenómenos que pretendemos explicar.
Director de Plantel Educativo en Secretaría de Educación Pública
6 meses¡Muy interesante!
Biólogo, apasionado por la neurociencia educativa y la STEM
6 mesesEs cierto, parcialmente, la curiosidad deriva de la motivación de entender las causas de los fenómenos, y la enseñanza no escapa a proceso motivacional... y la motivación también se muestra, se dirige, se enseña desde la experiencia... entender la premisa de Francisco Mora es clave
Profesora Lenguaje Primary en Craighouse School
6 mesesCreo que durante los últimos años se ha despreciado la enseñanza explícita conceptual e incluso de habilidades, apelando a la indagación o motivación de los alumnos. Sin embargo, para que los estudiantes muestren verdadero interés y sean capaces de indagar con sentido y que luego esto lleve al aprendizaje, es necesario que estos tengan un piso mínimo de aprendizaje conceptual y de habilidades que deben ser enseñadas de manera explícita por el docente. ¡Excelente reflexión James Tucker!