¿POR QUÉ MOTIVO SIGUES EN UNA TRABAJO QUE DETESTAS?
Imagínate que cuando te incorporases a una empresa o proyecto, tuvieras que prometer estar por ella para lo bueno y lo malo, para la riqueza y la pobreza, para la salud y la enfermedad, hasta que la muerte os separe. Si este acuerdo lo tuviesen que hacer las dos partes contractuales, se firmarían pocos contratos o existirían muchos divorcios laborales; aunque no siempre fueran amistosos, sería necesario poner buena voluntad.
Fuera de bromas, mantener una relación laboral saludable, fuerte y duradera conlleva que se impliquen los responsables de la empresa y los empleados. Deben esforzarse ambas partes por mantener viva esa vinculación profesional, asumiendo que existirán momentos buenos, regulares y malos, aunque si nos centramos en la solución y no en el problema, será más fácil. Nos tenemos que adaptar a la otra parte, sin olvidarnos, por supuesto, de nuestras necesidades.
Cuando comienzas en una nueva empresa o proyecto, debes dar un tiempo medio para conocer la empresa, a la gente y ver si era lo que esperabas o necesitabas. No podemos pretender que todo sea como queremos nada más llegar. A ti también te toca demostrar tu potencial, valor y competencias. Tarde o temprano, verás la realidad, teniendo que asumir si lo positivo compensa a lo mejorable.
Algunas personas están insatisfechas en su trabajo o empresa, sin embargo, ahí están agarrados y atrapados, esperando que, sin ellos hacer nada, todo cambie o les surja esa oportunidad maravillosa en otro sitio. Quejarse y maldecir no te ayudará a resolver nada. Va bien que hagas un esfuerzo por intentar mejorar lo que te incomoda o falta, viendo la receptividad de la otra parte. También ayuda centrarte en lo que tienes y no en lo que te falta en esa empresa. Aunque es lícito y bueno aspirar a mejores oportunidades.
Lo peor que uno puede hacer es engañarse a sí mismo; es bueno ser positivo, pero sin perder la sensatez.
Cada persona es libre de tomar la decisión que estime mejor para su futuro laboral. No obstante, hay que ser consciente de que, si estás mal en tu trabajo o empresa y no llevas idea de cambiar de empresa, será mejor que dejes de quejarte, y te adaptes y cambies el chip, para intentar estar lo mejor posible. Plantéate si es el momento en el que te toca cambiar a ti.
Os voy a dejar algunas señales que demuestran que estás agotado en tu empresa o trabajo y que quizás debas explorar otras opciones.
Primero. Has dejado de sentirte identificado con tu empresa. En el pasado, encajabas y creías en tu empresa, te sentías reconocido con lo que defendía y hacía. En algún momento eso ha cambiado sin saber muy bien por qué. Tus valores, tu forma de trabajar, de hacer, de resolver, de actuar y de comportarte no tienen nada que ver con lo que hace o defiende tu empresa. Ya no tienes ganas de defender los colores de tu empresa, no estás orgulloso de formar parte de ella y piensas que las cosas se deberían hacer de otra forma. Nunca estarás de acuerdo con todas las decisiones de tu empresa, aunque sí te deberías sentir retratado en el fondo con lo que defiende esa organización. Es imposible que una persona pueda cambiar la forma de trabajar o actuar de una compañía, necesitas su colaboración y aceptación para conseguirlo.
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Segundo. Eres totalmente invisible, es decir, no se te tiene en cuenta en la toma de decisiones, tus opiniones no les importan, en temas de tu especialidad no cuentan ni piden tu colaboración; tu trabajo lo puede hacer cualquiera, no te ayudan ni colaboran para que tu trabajo se pueda hacer de forma coordinada y no te sientes integrado en el grupo de trabajo de la empresa. Es más, no cuentan contigo para los proyectos en los que piensas que podrías aportar grandes cosas. Es muy duro sentirse arrinconado e ignorado por tu empresa. Tienes claro que tu trabajo no aporta nada valioso, porque así te lo dejan claro una vez tras otra. No aprecian tu potencial ni tu trabajo. Cuando seleccionan personal para tareas que podrías hacer tú, no te tienen en cuenta… Está claro que no es tu lugar.
Tercero. Se te hacen los días eternos; miras mucho el reloj, aunque no corren las horas. Solo añoras que llegue el fin de semana. Está claro que por mucho que a uno le guste o apasione su trabajo, se disfruta mucho más de su tiempo libre y en ocasiones le da pereza madrugar y trabajar. Pero si a uno le cuesta ir a trabajar todos los días, no le aporta nada, duerme mal y siente que es un suplico trabajar ahí, el momento del cambio ha llegado. Lo triste es que en algún momento tu trabajo ahí te gustaba, te siguen gustando tus tareas, rol o actividad, aunque no en esa empresa. Intentas avanzar en temas y es imposible poderlo hacer, dependes de mucha gente. Vamos a pasar muchas horas trabajando y debemos sentirnos a gusto, encontrándole un sentido a lo que hacemos. Siempre existirán tareas más agradables y otras más soporíferas, es parte del trabajo. Todos hemos sentido el domingo, que tenías ganas de afrontar la semana, por los retos profesionales que tenías y esa es la actitud.
Cuarto. Percibes que tu puesto de trabajo se te ha quedado pequeño hace tiempo. No te dejan crecer profesionalmente, ni avanzar, ni mucho menos afrontar nuevos retos. Te van asignando tareas que nadie quería y con las que no te sientes identificado. Viendo como las tareas o actividades que te apasionan no las hace nadie o las personas que las gestionan o ejecutan, las realizan si pasión alguna. Te gustaría poder aprender nuevas cosas, hacer las cosas de otra forma, investigar en nuevas materias y embarcarte en otros proyectos internos, lo único es que tu empresa no te lo permite, diciéndote que no es el momento. Cada uno tenemos unas expectativas o necesidades, así que debes dejarte fluir y no sentirte mal, por querer seguir evolucionando a nivel profesional.
Quinto. Estás muy cansado y con estrés y ansiedad, cuando antes no sabías lo que era eso. Has dejado de descansar por la noche, te atormenta esa situación. Te encuentras sin fuerza para afrontar tu trabajo, te falta motivación, hace tiempo que tiraste la toalla. En ocasiones no crees en ti ni en tus posibilidades. ¡Cuidado! Debes cuidar tu salud mental y emocional. Tú eres la persona más importante para ti mismo y eso supone tratarte bien. No consigues desconectar de tu trabajo. Todo te supera, estás de mal humor y lo pagas con las personas que menos culpa tienen. Existe un estrés positivo, que es aquel que te impulsa a seguir adelante haciendo nuevas cosas y asumiendo retos.
Sexto. Tus habilidades no encajan ya con tus intereses personales. Se te dan bien las tareas para las que te contrataron, aunque desde hace un tiempo te gustaría hacer cosas diferentes que encajan mucho más con tus motivaciones profesionales. Lo has manifestado en varias ocasiones en tu empresa, sin escucharte y mucho menos hacerte caso. Hace tiempo que quieres enfocarte en otro rol o tareas complementarias para las que te sientes capacitado, aunque ahí no te dan la oportunidad. Al final, las empresas deben tener la mente abierta, pensando en global, viendo donde puede aportar más cada persona, teniendo en cuentas sus talentos y expectativas. Aunque por desgracia esto no suele ocurrir.
No es lo mismo, tener una de estas señales, que cumplir todas y alguna más que te reservas. Eres dueño de tu vida, te toca decidir a ti lo mejor para tu vida y salud. También os diré que determinadas cosas, cuando tu salud física mental y física se resiente, dejan de merecer la pena. Al final, es un trabajo. Te puede dar palo dejarlo, aunque no olvides que existen otros proyectos y empresas. Pero eso sí, tienes que salir a buscarlos y demostrar tu potencial. Cada cual es libre de decidir lo quiera, aunque los demás no lo entiendan. Es totalmente entendible marcharse como quedarse en ese trabajo, lo único analiza y reflexiona sobre el precio de esa decisión y las consecuencias en ti y en tu vida.
Por supuesto, pueden existir otras señales, me gustaría saber ¿qué otras señales añadiríais?
Sabbatical
2 añosPorque hay que pagar alimentación, techo, ropa, calefacción, educación, ocio... y sin este trabajo algunas de esas cosas... corren el riesgo de perderse
"Protejo a los buenos de lo malo" Director, Jefe y Vigilante de Seguridad y Explosivos/ Técnico Intermedio en PRL/ Formador de Formadores.
2 añosYo te respondo en un caso. Si eres senior, sigues en ese trabajo porque no consigues otro, dado que los reclutadores te descartan sistemáticamente al postularte a otros.