¿Qué es más perverso, la inflación o la escasez?
Según Daniel Kahneman, la gente pobre le da un significado emotivo a la compra, como una pérdida. Es una decisión que lo lleva a decidir entre consumir una cosa y el dolor de no poder consumir otra. Toda elección pasa por prescindir de algo para poder adquirir otra cosa de mayor necesidad. Obviamente en pobreza esta elección es entre cosas muy básicas: comer dos veces y regresar a pie a la casa o, comer una vez carne o, preferir comer dos veces yuca. Hay un ‘tradeoff’ y en este sentido, la satisfacción de ‘adquirir’ algo, genera un sabor agridulce o dolor, porque siempre implica la pérdida de lo que se tuvo que dar a cambio para poder optar por su elección. Obviamente estas decisiones se van suavizando y hasta eliminando en la medida que se va escalando económicamente y se logra ‘independencia económica’ que lo defino como: la capacidad de disfrutar su elección sin tener que sacrificar otra necesidad básica.
Con inflación, en especial la inflación que sufrimos en Venezuela de tres dígitos, los que eran’ independientes’ pasan a ser dependientes y empezaran a experimentar esta situación que los llevara a la lógica económica de la pobreza. La pirámide económica cambia rápidamente y tiene menos individuos en los estratos superiores, con una base cada vez mayor. Con inflación, los que tienen bienes durables y propiedades se enriquecen y los que no, se empobrecen cada vez más.
Con la escasez pasa algo aún más nocivo. En escasez, esa pirámide económica se pone plana. Tener dinero o propiedades no te diferencia de quien no tiene. Los que más ganan y los que menos ganan, confrontan la misma situación de no poder comprar lo que quieren comprar y deben escoger entre sustituir lo que quisieran comprar, por lo que consiguen comprar. Además de esto, una vez que lo adquieres, se desprende otra decisión también dolorosa: si lo consumes, puede que te quedes sin el producto hasta la próxima vez que lo consigas. Por ejemplo, en el caso de las medicinas, puede significar tomar la mitad o menos para rendirla. Si es comida, consumirás menos para alargar su existencia y darle chance a que ‘vuelva aparecer’ en los mercados. Al final, el sentimiento es muy parecido al de la ‘lógica de la pobreza’: satisfacción e inopia y dolor. La escasez es la madre de la pobreza extrema: invalida completamente el desarrollo económico, el valor del dinero y nos condena a una calidad de vida muy parecida a la de pueblos de la edad de piedra.
Actuario de la UCV - Venezuela | Ex trabajador de Petróleos de Venezuela | Socio Iceberg Actuarial, Quito | Experto en el desarrollo de herramientas en Excel y Google Sheets | Especialista en Power BI.
8 añosExcelente artículo Jorge...retrata una realidad dura de aceptar y difícil de vivir...Salu2
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8 añosLa inflación