Sindicalismo a través de las Marchas Sociales
Aunque en Colombia tan solo hay alrededor de 1.4 millones de trabajadores afiliados a una organización sindical, en una población de cerca de 24 millones de Colombianos con un empleo formal, lo cual viene siendo un 5%, el restante 95% de estos trabajadores han vivido un impacto en sus condiciones de transporte al trabajo y de seguridad de la ciudad, sin contar con el posible efecto de la reducción de puestos de trabajo, que de cuenta entre otros por ese 5%, han puesto al gobierno a sentarse a un proceso de negociación gracias a sus reconocidas competencias en este escenario con el objetivo de poco a poco ir apropiándose del liderazgo de las marchas.
Es absolutamente admirable esta capacidad de apropiación que llevó a que hoy 4 de diciembre el "modus operandi" de las marchas tuvo un alto componente de manifestación laboral, como en tiempos en que el movimiento sindical agrupaba en sus filas grandes mayorías (que nunca han sido verdaderas mayorías), y en donde las representaciones culturales fueron una muestra de estudiantes y ciudadanos artistas que salieron a cumplir una cita en donde la realidad del conflicto estaba transitando por las oficinas de las centrales obreras, construyendo ya no unos clamores ciudadanos sino un pliego de peticiones.
Los noticieros ya no están entrevistando a los ciudadanos, a los estudiantes, sino a los lideres de las organizaciones sindicales que con ese 5% están conminando a la población a que sus peticiones parezcan peticiones de la gran mayoría.
Hoy muchas empresas vieron en las calles a sus trabajadores sindicalizados, liderando manifestaciones, mientras la producción tan importante en esta época del año se interrumpe sin la posibilidad de ser recuperada, o en aquellas en donde la capacidad se los permita, seguramente deberán pagar a estos trabajadores el tiempo con el impacto de las horas extras y los recargos.
La impotencia del Gobierno frente a un entendimiento ampliado del derecho a la protesta, esta llevando al sector industrial a estar siendo impactado en sus operaciones por ceses que generan las movilizaciones que dan validez a huelgas y paros, abonándose a los intereses de organizaciones sindicales, que evidencian con su 5% una indiscutible perdida de capacidad de gestión y negociación frente a los empresarios, pero una gran capacidad para sentar al gobierno a discutir sus peticiones de carácter laboral a instancias en donde el País necesita no perder ni un minuto en sus objetivos de desarrollo y crecimiento económico, del cual todos sin excepción se verán beneficiados.
Es muy importante para una sociedad circunscribir la resolución de sus diferencias mediante el dialogo social, pero en el contexto de las negociaciones no todo es negociable, no por intransigencia de las partes, sino porque existen derechos y valores que constituyen la columna vertebral de la sociedad y su protección es imperiosa de cara a la sostenibilidad de un estado.
Experto en proyectos y operaciones de Gas
5 añosExcelente comentario Sergio...ojalá todo apunte al beneficio general esperado. Un abrazo