Treinta años de Dell en México: revisando el pasado y mirando al futuro

Aprendizaje y superación. Creo que son las dos palabras que guían mi carrera profesional. Antes de llegar a Dell Technologies, tuve muchas oportunidades y de cada una de ellas tomé algún elemento que me fue preparando para lo que vendría en el futuro: establecer mis primeros contactos con clientes, tener la posibilidad de lidiar con sus frustraciones, entender la importancia de la política organizacional (la sensibilidad con que se debe manejar cada caso) y, por supuesto, incorporar los conocimientos esenciales y avanzados en materia de ventas, incluyendo cuestiones complejas como el manejo de cuentas en el sector público o el armado de licitaciones.

Al mismo tiempo, estudiaba la maestría en el ITAM, algo que no solo me ayudó a completar mis conocimientos teóricos sobre el manejo de una empresa, sino que además -y tal vez lo más importante- fue cuando se presentó la oportunidad de entrar en Dell: en ese momento, una empresa que había mostrado una dinámica de negocios muy ágil y que había consolidado en poco tiempo un posicionamiento de marca muy fuerte.

Mi primer puesto fue como ejecutivo de ventas para empresas medianas (segmento conocido, en aquel entonces, como PAD). Me entrené dos meses en Austin y tuve mi primera sorpresa: ¡Mi “set de cuentas” superaba las mil! Una complejidad a la que nunca me había enfrentado. Sin embargo, puse a trabajar todo lo que había aprendido en términos de planes de cuenta, relacionamiento, análisis de la competencia y posicionamiento de valor versus producto y lo utilicé a la máxima capacidad.

Los resultados me acompañaron y al poco tiempo ya manejaba clientes corporativos, algo que traía en la sangre. Adquirimos entonces algunas de las empresas más importantes de México. En esta nueva etapa gané visibilidad dentro de la organización. La primera oportunidad para liderar un equipo no tardó en llegar: director de ventas para empresas medianas, junto con mi posterior asignación en Puerto Rico, el desafío más importante de mi vida profesional. Cometí muchos errores en el proceso, pero pude entender y motivar a mi equipo y, por supuesto, ganarme su confianza. 

Descubrí un concepto clave: la cultura. Implementamos gradualmente disciplinas, reglas, procesos de ventas… Confieso que intenté impulsar todo de golpe, pero como era lógico, no tuve éxito. Entonces apliqué conceptos del liderazgo deportivo, una de mis grandes pasiones. Cambios adecuados en el momento correcto, buscar personas afines a la cultura propuesta, “leer rápido” a cada integrante para saber si se puede contar con ese talento y una dinámica “sobre la marcha” para no perder ejecución. El esfuerzo valió la pena: en los siguientes años fuimos catalogados como la mejor división de la empresa en toda Latinoamérica.

De nuevo bajo los reflectores: me ofrecieron la dirección de venta de servidores y storage para México. En ese momento entendí que la empresa estaba atravesando cambios complejos y que yo podía ser útil allí. De nuevo los aprendizajes: conocimientos específicos de banca, telco y otras industrias. De nuevo la superación: mi jefe de entonces pasó a liderar Latinoamérica (con excepción de México y Brasil) y me ofreció la única asignación internacional que he tenido: la región Caribe con base en Puerto Rico. El doble desafío de mudarme a otro país con toda mi familia, adaptarme, aprender, conocer una cultura completamente diferente a la mía. Desde donde estaba tendría a mi cargo las operaciones en veinte países, en los que se hablaba cuatro idiomas y donde se empleaban modelos de venta que yo nunca había explorado, como los canales de distribución. Por esos años experimenté un modelo laboral que hoy es moneda corriente y que marca cuan pionera es Dell en materia de nuevas tecnologías: el trabajo remoto.

Después de casi dos años y medio, volví a México, regresé a disfrutar lo que tanto amo de mi país: sus sabores y costumbres. A mi regreso, ocupé la posición de gerente de grandes corporativos posteriormente estuve, como gerente de canales. Si he de ser honesto, no era una posición atractiva para mí, incluso me resistí al inicio, sin embargo, decidí ser flexible y tomé la oportunidad. De esta experiencia aprendí que esta área era completamente nueva dentro de la organización, lo cual, si bien presentaba retos, también me daba grandes oportunidades como implementar nuevos procesos, incorporar talento a la empresa, realizar los cambios que considerara adecuados, entre otros.  Los resultados fueron tan asombrosos que esto fue lo que propulsó mi carrera para llevarme hasta la dirección general de Dell México en 2012.

El puesto soñado, el que disfruto cada día, mi mayor satisfacción profesional y mi oportunidad para probarme cada día que la ética, la pasión y la voluntad de hacer las cosas bien llevan a resultados extraordinarios. Hoy tengo el privilegio de trabajar con un equipo de personas muy valioso, de las cuales aprendo todos los días; este equipo juega un papel fundamental en cada paso que damos como empresa y que me motiva a seguir dando lo mejor de mí. Es momento de cantar “Las Mañanitas” en honor de los 30 años que cumple Dell en México, en estas décadas ha sido parte de la Transformación Digital que ha tenido el país, a nivel personal ha sido una empresa que me ha permitido seguir aprendiendo, crecer, conquistar nuevas cimas y me brinda la oportunidad de seguir superándome cada día ¡Feliz cumpleaños a Dell a que sigan muchos años más de seguir tejiendo historias de digitalización en México!