¡Tu mente puede ser tu peor enemigo!

Bryan Johnson, empresario disciplinado y talentos que se hizo multimillonario cuando vendió Venmo a PayPal por $ 800 millones en 2013, asegura “NO COFíO EN MI MENTE.” 

Me encantó su sinceridad pues muchas veces nos cuesta aceptar que la idea que teníamos estaba errada y a veces por querer mantener el personaje que creamos y mostramos, nos da miedo reconocer en público que nos equivocamos.

Reconociendo que nuestras mentes pueden convertirse en nuestros peores enemigos. 

A pesar de saber que no debemos ingerir azúcar, beber en exceso, abandonar el ejercicio físico o procrastinar, nuestras mentes suelen engañarnos con facilidad, convenciéndonos de que en lugar de hoy, será mejor empezar mañana, el próximo mes, o incluso el próximo año.

Desafortunadamente, así es como se nos pasa el tiempo continuamente aplazando las decisiones y acciones necesarias para una vida sana y exitosa.

Si nuestra mente nos engaña tan fácilmente a nosotros mismos, imaginemos que tan frecuente puede hacerlo en situaciones con otras personas. 

Como líderes, puede ser tentador poner una fachada y fingir que todo es perfecto, por temor a ser vistos como débiles o mostrar nuestros errores.

Nuestras mentes están constantemente bombardeadas con distracciones, diálogos internos negativos y creencias limitantes que pueden impedirnos alcanzar nuestro máximo potencial.

Cuando lideramos, es esencial reconocer esto y desarrollar estrategias para superar estos obstáculos. Podemos aprender a manejar nuestros pensamientos y emociones para que podamos tomar mejores decisiones que se alineen con nuestras metas y valores.

Una de las mejores formas de hacerlo es observando nuestra mente como si fuera un amigo (Sandra o Juan, ponle un nombre) (tu no eres tu mente). Imagina que te separas de ella y la observas desde afuera. 

Eso facilitará el escuchar a Dios, ya sea que lo llames poder superior, el universo o algo completamente diferente, el concepto es el mismo. 

Al centrarnos en las prácticas de introspección, podemos liberarnos del estrés y el diálogo interno negativo que nos obstaculiza en la capacidad de entendernos a nosotros mismos y a otros.  

Nuestros días como líderes pueden estar guiados por un corazón honesto, pensado en el bienestar de todos, no solo por nuestra mente que está enfocada en el bienestar propio.

Aquí hay algunas técnicas que me han ayudado a conectar con la sabiduría de Dios que está presente en cada ser humano.

1. Realizar un balance escrito de las emociones y análisis de qué las generó ¿Identificas qué te hace sufrir? ¿El sufrimiento es real o es solo causado por una idea antigua de la mente?

2. Caminar 10 minutos, tan pronto salga el sol por la mañana sin ningún dispositivo electrónico. Llevar el enfoque a cada movimiento del cuerpo.

3. Cerrar los ojos, enfocarse en el proceso de la respiración o escuchar los latidos del corazón.

4. Practica el altruismo, haz algo desinteresado por otra persona. No tiene que involucrar dinero, pero debe ser algo que los beneficie de alguna manera.

5. Empieza el día con la idea no juzgar, no criticar y no quejas.

6.Agradecer al menos por una cosa diferente cada día. La gratitud nos ayuda a valorar lo que tenemos en lugar de centrarnos en lo que nos falta, y esto puede llevar a una mayor sensación de felicidad y plenitud en nuestra vida.

Nuestra mente puede representar un recurso poderoso para liderar con altruismo, pero también puede convertirse en un obstáculo si no practicamos el desaprender ideas antiguas, hábitos, creencias y emociones que nos limitan. 

Como líderes, necesitamos tomar decisiones que se alineen con la compasión y la cooperación, lo que solo es posible al desconectarnos de la mente y conectarnos con un poder superior. 

Al hacerlo podemos liberarnos del estrés, mejoramos nuestro enfoque en el bienestar del planeta, y trabajamos hacia un futuro más igualitario y justo para todos.