Un valor clave: Transdisciplinariedad
¡Los saludo con gusto!
Durante los últimos días llegó a mis manos, de nueva cuenta, el último informe trianual de la OECD - OCDE sobre la educación, denominado Trends Shaping Education. Básicamente se refiere a las grandes tendencias que afectarán el futuro del sistema educacional en todos sus niveles. Entre otros puntos, el informe promueve un valor fundamental:
Transdisciplinariedad.
Hoy quiero hablarles de ese concepto.
En su definición académica, transdisciplinariedad constituye un paradigma epistemológico y metodológico que trasciende los límites de las disciplinas académicas tradicionales, y busca la interconexión para desarrollar una comprensión holística de fenómenos y promover soluciones integrales a problemas complejos y emergentes.
En palabras más simples:
En lugar de aprender cada materia de forma separada, se intenta conectarlas y usarlas juntas, de manera de entender mejor cómo funciona el mundo real y aportar mejores propuestas de solución.
Pienso en este concepto cuando leo las siguientes palabras en el informe de la OCDE:
“La Educación debe ayudar los individuos a desarrollarse como personas, ciudadanos y profesionales; en un mundo complejo y que cambia rápidamente, esto podría requerir repensar la relación entre el aprendizaje formal e informal y reimaginar el contenido y la entrega de la educación…”.
La educación debe evolucionar para continuar cumpliendo su misión de ayudar a desarrollarse como personas, ciudadanos y profesionales. La OCDE habla específicamente de STEAM (acrónimo en inglés de la interdisciplinaridad entre Ciencias, Tecnología, Ingeniería, Artes/humanidades y Matemáticas) como el mejor modelo para lograrlo. Pero en la actualidad muchas escuelas aún perciben a la educación como “cápsulas” o “islas”, en los cuales la transdisciplinariedad depende estrictamente de la voluntad de un buen docente.
La transdisciplinariedad provee de múltiples ventajas:
De eso se trata la propuesta de la OCDE:
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Presentar a los estudiantes saberes que vayan más allá de lo convencional.
Un esquema que promueva desafíos convocantes desde distintas perspectivas.
Un sistema de aprendizaje basado en proyectos que resulten significativos para la comunidad, y que involucre las habilidades que tienen los propios estudiantes.
El informe de la OCDE entrega un buen ejemplo:
“La ciencia espacial es un tema fascinante e inspirador. ¿Cómo puede fomentar un mayor aprendizaje interdisciplinario? Por ejemplo, formulándose la pregunta: ¿podrían los estudiantes diseñar una constitución para la vida humana en Marte, considerando las muchas restricciones bajo las cuales esto puede estar…?”
¡La transdiciplinariedad también puede detonar la imaginación de nuestros niños y niñas!
Los tomadores de decisiones en los colegios e instituciones educativas tendrán que seguir tarde o temprano la recomendación de la OCDE. El desafío es hacer que verdaderamente los contenidos que se abordan en las aulas miren de frente hacia el mundo, se hagan cargo de los contextos y, sobre todo, ayuden a resolver lo que ocurre a nuestro alrededor. En la actualidad, los mejores resultados educativos provienen de sistemas que promueven una educación holística y transdisciplinaria; desde Knotion , orgullosamente promovemos este modelo de educación. Y los resultados obtenidos son nuestro mejor aval.
Los invito a consultar el informe en este link. También a que me cuenten su propia experiencia con los distintos modelos educativos.
¡Gracias por leerme!