Una reflexión sobre el aprendizaje en profundidad y el aprendizaje significativo
La diferencia entre el aprendizaje significativo y el aprendizaje en profundidad ha sido un tema recurrente en mi labor como docente universitario y en mis investigaciones sobre didáctica. Ambos enfoques tienen valor, pero mi postura es clara: soy partidario del aprendizaje en profundidad, ya que considero que es la mejor vía para formar profesionales con pensamiento crítico y capacidad de análisis, capaces de vincular su conocimiento con problemas complejos y reales.
Permítanme contar una anécdota personal para ilustrar mi punto. La semana pasada, mi hijo tuvo su primera clase de música. Como gran fanático de Foo Fighters, la noche anterior decidí que sería una buena idea que llevara una camiseta de la banda a su clase. Acordamos con mi esposa vestirlo con esa camiseta, aunque al día siguiente teníamos mil cosas en mente: pagar facturas, hacer mandados, comprar la leche... ya saben, las tareas cotidianas que solemos olvidar entre tanto ajetreo. Al desayunar, recordé ponerle la camiseta a mi hijo, y le dije a mi esposa: "Lo curioso es que siempre olvido cosas como pagar las facturas o hacer el mandado, pero no olvidé la camiseta de Foo Fighters". La razón es simple: para mí, como fanático de la banda, la camiseta tenía un significado especial, aunque en el esquema general de cosas, no era lo más importante. Este suceso me hizo reflexionar sobre el tipo de aprendizaje que promovemos en la escuela.
El aprendizaje significativo, como lo plantea Ausubel, nos dice que el conocimiento previo del estudiante condiciona la forma en que asimila nuevos conceptos, y que la información solo se integra realmente cuando es significativa para él. En este sentido, los estudiantes tienden a enfocarse en las partes que les resultan relevantes o cercanas, aunque no sean las más importantes dentro del contenido general. Es decir, se aferran a la "camiseta de Foo Fighters", a lo que les llama la atención, mientras pueden dejar de lado conceptos críticos, como "pagar la factura" o "comprar la leche", que son esenciales para comprender el todo.
Por otro lado, el aprendizaje en profundidad busca ir más allá de lo inmediatamente significativo. Este enfoque propone que el docente no solo entregue contenidos que resuenen emocionalmente con el estudiante, sino que lo rete a explorar temas amplios, complejos, y los investigue desde diferentes ángulos. En este caso, el objetivo no es solo recordar la camiseta, sino también comprender por qué es importante pagar la factura o comprar la leche, aunque inicialmente no lo parezca. Este tipo de aprendizaje no se conforma con lo que el estudiante encuentra significativo en un primer vistazo, sino que lo invita a profundizar en aspectos que le serán útiles a largo plazo, desarrollando así una visión crítica y completa del tema.
El aprendizaje en profundidad fomenta una mayor autonomía y responsabilidad en el estudiante, quien es capaz de identificar, analizar y conectar distintos aspectos de una temática amplia. En la práctica docente, este enfoque transforma las clases en espacios de exploración activa, donde los estudiantes se ven motivados a investigar temas desde su interés, pero también a vincularlos con conocimientos más amplios.
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Mi experiencia, tanto personal como profesional, me ha enseñado que el aprendizaje significativo puede ser un buen punto de partida, pero para formar estudiantes preparados para enfrentar los retos del mundo actual, necesitamos fomentar un aprendizaje más profundo, que trascienda lo inmediato y lo emocional, y que lleve a los estudiantes a desarrollar una comprensión integral de lo que están aprendiendo.
John Edison Cardona Ocampo