Una relación exitosa entre Arquitectxs y comitentes.
Ejerciendo la profesión liberal de la Arquitectura me pasa de escuchar habitualmente frases como:
- Arquitecta, lo que yo necesito es un dibujo..
- Tengo todo resuelto, solo no se donde colocar la escalera.
- El arquitecto me hizo un dibujo, me cobro demasiado dinero, y encima no me gusto su idea.
- ¿ y si voy a un arquitecto y no me gusta lo que hace? ¿ tengo que pagarle igual?
Y de parte de los Arquitectxs:
- Los clientes no quieren pagar por las ideas.
- Me cambio todo a último momento, cuando ya tenia todo dibujado.
- La gente no sabe lo que quiere.
- ¿ cuantos cambios en el proyecto es sano aceptarle al cliente?
No es nada nuevo que la relación entre Arquitectxs y comitentes no es nada fácil, una de las razones se suele atribuir a que en nuestra formación en la facultad nunca nos encontramos con un cliente real, los profesores nos corrigen los proyectos, buscando lo mejor de nosotros, logrando hermosas obras de arquitectura, pero no aprendemos a proyectar para clientes de a pie, gente común, que no mira revistas de arquitectura ni conoce a Mies o Le Corbusier.
Es necesario resolver este conflicto para desempeñarnos exitosamente en nuestro trabajo.
En mi búsqueda de mejorar los procesos de trabajo de mi estudio, he estado analizando el método de Rodolfo Livingston, es uno de mis libros de cabecera para entablar relaciones fructíferas con mis clientes.
Algunas de mis conclusiones mas importantes al respecto son las siguientes:
- No puedo sentarme a dibujar, plantas, perspectivas, etc,, sin antes tener un entendimiento profundo de lo que mi cliente busca, quiere, lo que le agrada y lo que no.
- Si el cliente no tiene claro lo que necesita, y enseguida nos lanzamos a diseñar su vivienda es mas probable que tengamos mas de dos o tres cambios importantes sobre el anteproyecto. Por lo que no es conveniente lanzarse de una a proyectar, es preferible tener mas reuniones, mirar mas imágenes, ejemplos, etc. lo que sea necesario, hasta que el cliente aclare sus ideas.
- Es necesario desarrollar un proceso exitoso que podamos utilizar en todos los encargos, para llegar a un buen resultado, entendiendo por buen resultado, un cliente satisfecho, y un arquitecto que desarrollo una idea, y esta idea marcho sobre ruedas, generando el enamoramiento del cliente, y un proceso proyectual sin tensiones.
- Es optimo llevar al cliente al punto en el que podamos empezar a trabajar según nuestro método de trabajo. Ya que todos los clientes llegan de diferentes maneras al estudio, algunos con imágenes, ejemplos, tienen en claro lo que quieren, otros, en cambio, están asustados por los honorarios, y solo quieren un dibujo, otros, vienen con su propio dibujo. Los hay de todos los estilos. Es imprescindible tener un método desarrollado y un punto de partida definido, luego, guiaremos a nuestro cliente a ese punto de partida.
De a poco voy dando forma a mi propio "método" de trabajo, para lograr un fructifero proyecto, donde el cliente y yo estemos satisfechos.
En esta búsqueda de mejora, me he encontrado con varias herramientas del mundo de los desarrolladores, que veo muy útiles a nuestra problemática.
Los desarrolladores, trabajan para clientes, crean programas para ellos, y necesitan ser creativos, lograr resultados excelentes, y tener clientes satisfechos, creo que hay mucho de este mundo que puedes sernos útiles a la hora de diseñar objetos arquitectónicos para otros seres humanos que no seamos nosotrxs mismxs.