Vegetarianismo, la moda que no incómoda
En Colombia no existen cifras aproximadas de cuantas personas vegetarianas existen hasta el momento y mucho menos en la capital Vallecaucana, pero si se puede tener un estimado de cuánto han crecido estas prácticas alimenticias en las principales ciudades del país tales como Cali, Bogotá o Medellín, gracias a las redes sociales que por medio de grupos incentivan y reúnen muchas personas especialmente jóvenes a que conozcan un poco más de este mundo y opten por llevar unos hábitos de vida más saludables. No tratando de convencer a las demás personas de dejar los hábitos alimenticios que por años han llevado, ni tampoco hablar con argumentos de peso para ganar debate alguno, sino para lograr un equilibrio entre la salud y medio ambiente.
Por otro lado los estereotipos han estigmatizado y creado ciertos mitos, ya que si bien seguir una dieta que no incluya productos animales es una alternativa que cada vez más gana adeptos, para ser sinceros muchas personas lo hacen para seguir las masas o por simple moda, tomando como ejemplo celebridades que han dejado de lado los productos cárnicos ayudando de cierta forma a llevar un mensaje de cambio en los hábitos alimenticios de las personas.
Las principales motivaciones o razones por las que tanto como jóvenes y adultos optan por una dieta alimenticia libre de productos animales, es por empezar una vida más sana de la que se llevaba anteriormente, teniendo en cuenta que las carnes especialmente la roja tienen más puntos en contra que los que tiene a favor, actualmente la carne está clasificada como grupo 2ª, altamente cancerígena para las personas, mientras que las carnes procesadas bien conocidas como embutidos están en la clasificación número 1, ya que es demasiada la evidencia que se tiene hasta el momento de la peligrosidad para la salud humana.
Por esto, muchas personas especialmente los jóvenes se pasan a una dieta vegetariana, y son las razones tanto éticas como morales que priman a la hora de tomar la gran decisión, no es consecuente querer a los animales, y estar en contra del maltrato animal cuando por otro lado se apoya de forma indirecta pero contundente a la industria que más irregularidades presentaba en sus procedimientos tanto sanitarios como la hora de tratar con seres vivos que sienten y son explotados de una manera inhumana.
Algo que muchas personas no saben es que criar vacas produce más emisiones de gas causantes del efecto invernadero que todos los carros y motos combinadas, según importantes estudios entre los cuales se encuentra el de la organización de las naciones unidas para la agricultura y la alimentación (FAO). Así como el de la ONU afirman que el sector ganadero del planeta genera más gases de efecto invernadero que el sector del transporte con un 18% más de CO2. Si a estas estadísticas le sumamos el 65% de óxido nitroso de origen humano, el cual tiene 296 veces más potencial de calentamiento global que el mismo CO2.
Además, la ganadería utiliza el 30% de superficie terrestre del planeta, un número para alarmarse, pero sin duda el mayor daño que se está haciendo es en los recursos hídricos, ya que esta industria contribuye 10 veces más a la contaminación del agua en comparación al ser humano y 3 veces más que la contaminación de la industria del aceite, carbón, manufacturas y acero juntas.
Dejando de lado las estadísticas y los juicios de valor hablemos de lo que cuesta e implica ser vegetariano en un país tercermundista como Colombia no solo monetariamente sino social y legal, especialmente para las nuevas generaciones.
En Colombia como en muchos países del mundo hoy en día las opciones que existen para las personas vegetarianas a la hora de comprar son limitadas como costosas. Para no ir muy lejos, un ejemplo es el corrientazo, un plato común en el país que oscila entre los 7.500 y 10.000 pesos, la mayoría de personas que compran este plato son personas o de estratos socioeconómicos bajos o personas de clase media. El menú consta de porción de arroz, un jugo que es más mitad agua que fruta, fritos; ya sea plátano o papa, una porción de ensalada que casi todas las personas dejan y la proteína ya sea res, cerdo y/o pollo. Por insignificante que parezca por este tipo de cosas es que Colombia es un país donde ser vegetariano cuesta y mucho. No tenemos cultura de nada y mucho menos querer hacer un cambio es nuestros hábitos alimenticios. A la hora de mercar sale más caro llevar frutas, verduras y hortalizas que llevar dos tipos de carnes, dos latas de atún valen más que llevar dos libras de pollo.
Siendo así, adquirir estos hábitos alimenticios como el vegetarianismo en Colombia ya no es solo una decisión personal sino un costo adicional con el cual se debe contar. Ser vegetariano no es sinónimo de comer lechuga y tomate, la comida vegetariana se caracteriza por ser variada y contar con sabores únicos. La descompensación por falta de proteína animal es simplemente un mito, ya que hay personas que no han tenido la necesidad de consumir carnes y en ningún momento sufren de trastornos alimenticios ni falta de vitaminas, alimentos como el brócoli, la quinua, lentejas, frijoles y frutos secos como maní almendras entre otros alimentos tiene más proteína que la misma carne de res y claro con muchísimos más beneficios.
A medida que más jóvenes opten por un estilo de vida saludable ya sea por compasión o por salud se estarán sentando bases firmes para que las nuevas generaciones si bien no opten por volverse vegetarianos si se reduzcan de manera considerable el consumo de carne por hogar. Ser vegetariano más que llevarlo como estilo de vida ya sea en jóvenes, niños o adultos es de decisión propia.