Lucha contra el racismo y la discriminación
Aunque se han logrado avances significativos en muchos sectores, las sociedades siguen estando expuestas a discriminación, racismo y desigualdades. Ninguno de los múltiples y complejos desafíos de nuestro tiempo pueden ser abordados de manera efectiva sin inclusión. Este es el rotundo mensaje de la Agenda 2030 y de su promesa de «no dejar a nadie atrás».
El mundo está cada vez más interconectado, pero eso no significa que los individuos y las sociedades convivan de verdad, como lo demuestra el sufrimiento de millones de pobres, mujeres, jóvenes, personas migrantes y minorías privados de sus derechos.
En este nuevo contexto globalizado y turbulento, se debe promover un mensaje fundamental: la paz no es sinónimo de ausencia de guerra, sino que significa vivir juntos, respetando las diferencias de sexo, etnia, lengua, religión y cultura; y difundiendo el respeto universal por la justicia y los derechos humanos. Vivir en paz es el resultado de las decisiones que tomamos en cada situación que afrontamos, así como de las elecciones que hacemos en nuestra vida cotidiana, que nos comprometen a entablar un diálogo sincero con otras personas y otras comunidades.