Al final nadie va a querer ser líder

Todos coincidimos en que un buen líder motiva a su equipo de trabajo, escucha a sus colaboradores, fomenta su crecimiento profesional y procura por su bienestar,... ¿O tal vez alguien discrepa?

A estas alturas, todos los libros sobre liderazgo, la gran mayoría de coaches y mentores, los conferencistas y speakers motivacionales repiten por activa y por pasiva lo que diferencia a un gran líder de un mal jefe.

El líder motiva mientras que el jefe castiga, el líder habla de nosotros y celebra los logros como victoria de todo el equipo y el jefe se atribuye todos los méritos, el líder ve en las crisis oportunidades y el jefe se queja y busca culpables, el líder escucha las aportaciones de sus colaboradores y fomenta la cooperación mientras que el jefe da órdenes y está convencido de que lo sabe todo y de que siempre tiene la razón.

Vaya, que podemos afirmar y celebrar que hemos encontrado la receta mágica para que las empresas funcionen a la perfección porque basta con formar a un buen líder para que el equipo de trabajo funcione como una máquina de relojería.

Pero si es así ¿por qué siguen existiendo empresas que, aun teniendo un buen líder que motiva, fomenta el trabajo en equipo, se preocupa por la felicidad de sus trabajadores,... siguen con una baja productividad, con trabajadores desmotivados y poco implicados?

La respuesta está clara NO TODO DEPENDE DEL LÍDER. Y sí, lo he puesto en mayúsculas y os lo vuelvo a repetir: No todo depende del líder.

No todo es responsabilidad del líder

Como ya comenté en un artículo anterior Líder 10, superhéroe 0 no todo es responsabilidad del líder porque éste es un ser humano de carne y hueso que, evidentemente no tiene superpoderes.

Lamento ver muchas afirmaciones y publicaciones en las que se culpa de todo al líder y siempre se le exige más. Si un trabajador está desmotivado o no trabaja bien en un entorno colaborativo es culpa del líder porque no ha hecho lo suficiente para crear un entorno favorable y armonioso, porque no ha sabido entender las necesidades de esa persona y, por lo tanto es un mal líder. Y dejadme que os diga que no siempre es así.

Y lo único que estamos consiguiendo es que esos líderes que han oído una y otra vez que es su responsabilidad motivar, inspirar, fomentar la colaboración, crear un clima de confianza en la que los trabajadores que ahora se llamen colaboradores aporten,... se frustren y se "quemen" si no lo consiguen. "Es que tal vez no sirvo para ser líder, Begoña", me decía uno de ellos al borde del llanto. Un directivo que se desvivía por sus colaboradores.

Pero es que NO TODO DEPENDE DEL LÍDER porque:

• ¿Qué pasa si un trabajador no siente interés por su trabajo?
• ¿Y si no quiere ser un colaborador y prefiere ser simplemente un trabajador?
• ¿Qué hacemos si no tiene ninguna intención de salir de su zona de confort y afrontar nuevos retos?
• ¿Cómo actuamos si ese trabajador no quiere un líder sino un jefe a la antigua usanza?

¿Os lo habéis planteado alguna vez? Porque, por mi experiencia como coach, por mucho que quieras motivar a alguien o hacerle consciente de todas las oportunidades que puede tener si sale de la zona de confort, si la persona no quiere hacerlo, no lo hará y tú no puedes hacer nada, porque no está en ese punto. Que yo sepa, el líder ni NADIE tiene una varita mágica para que esa persona vea la necesidad de cambiar y hacer las cosas de manera distinta.

Hay trabajadores que no quieren líderes. Si, por mucho que os pueda chocar, no quieren líderes sino a los jefes de toda la vida, a aquellos que dan órdenes porque prefieren "cumplir el expediente" y no asumir responsabilidades

Un trabajador está preparado para tener un líder y pasar a ser colaborador cuando él mismo ha decidido liderar su propia vida, tomar responsabilidades y aceptar retos. Si no está en ese momento vital, el líder no puede hacer nada por mucho buen ambiente que cree y recursos que ponga a su disposición.

El liderazgo efectivo es bidireccional, se necesita un buen líder pero también personas con la suficiente madurez emocional y liderazgo personal para dejarse liderar.