Cómo saber si tu negocio es sostenible (1): Garantía de pago y equilibrio patrimonial
Si quieres que tu negocio sea sostenible, necesitas una planificación financiera adecuada para calcular el nivel de efectivo necesario y así adelantarse a problemas de liquidez. Es tan esencial disponer de una cantidad adecuada de efectivo como ajustar estas necesidades de financiación y negociar con antelación para evitar gastos financieros excesivos.
Gestionar eficientemente los inventarios y cobrar puntualmente es básico, de lo contrario se hace necesario confiar excesivamente en el crédito de proveedores, otras formas de financiación espontánea o en la deuda financiera. Si dichos pagos vencen cuando sigue habiendo inventario o las cuentas pendientes de pago no se han compensado, corremos un elevado riesgo de falta de liquidez. Si no podemos obtener líquido de fuentes alternativas somos insolventes.
El problema es que entonces nuestra garantía se basará en activo fijo y capital propio, con nula tendencia a la liquidez en la actividad normal.
Qué alternativas tenemos para conseguir liquidez
Líneas de crédito, factoring, descuento: Con la deuda de clientes generada al vender conseguimos efectivo del banco al avanzar la cantidad de la factura descontando gastos. Pero cuando se inicia la actividad, un banco no avanzará una factura al 100%, sólo una parte.
Deuda a corto plazo: Un préstamo resuelve el problema si sólo se trata de tensiones de tesorería puntuales. Si el stock no se consigue eliminar antes de vencimiento, nos quedamos igual (o peor).
Deuda a largo plazo: Esta es la peor solución porque además de ser un parche estamos provocando un desequilibrio en el balance.
Aumento de fondos propios: A través de junta de accionistas. Cuesta justificar la necesidad de capital porque no prever correctamente la necesidad de circulante es un error enorme, resta credibilidad a la habilidad gestora del responsable.
El error más grave que se puede cometer al iniciar un negocio
Un activo fijo puede externalizarse en base a la actividad, pero el circulante es esencial para la actividad empresarial. Es muy difícil crearlo si no se ha previsto de antemano un sistema para generarlo a través de deuda espontánea y financiera. Si fallamos al calcular el nivel de efectivo necesario para mantener la actividad o no hemos previsto un circulante adecuado, hemos fracasado antes de empezar.
Garantía de pago y equilibrio patrimonial
Una de las primeras reglas del análisis financiero es el equilibrio patrimonial, los activos con menor tendencia a liquidez se financian con recursos de menor exigibilidad. Por otro lado, los activos más líquidos tienen que financiarse con fuentes de mayor exigencia, dado que por definición son capaces de generar recursos más rápido para satisfacerlas.
El activo circulante tiende hacia la liquidez de manera más rápida que el activo fijo y experimenta una constante transformación física. Lo que inicialmente es materia prima pasa a ser producto en curso de producción y finalmente se convierte en producto terminado. Puedes ver el concepto ampliado en El ciclo de maduración y los plazos de circulante.
El activo circulante tiene un comportamiento especial en cuanto a liquidez
No obstante, el activo circulante presenta en el balance un volumen fijo que puede aumentar si la empresa crece o deteriora su rotación de activo circulante. Si bien es cierto que la materia prima "corre" desde el almacén de aprovisionamientos a la fábrica, la materia prima transferida a fábrica es reemplazada por nueva materia prima. Una remesa de fabricación ya acabada es substituida por otra en curso de fabricación. Un producto acabado y vendido es reemplazado por otro pendiente de venta.
El activo circulante rota y se transforma físicamente, pero su valor monetario permanece o crece con el crecimiento de la actividad de la empresa. Esta particularidad del circulante nos lleva a reconsiderar la forma de calcular la financiación necesaria de las operaciones diarias.
La necesaria garantía adicional de pago
Pensemos un momento en las características del pasivo circulante. ¿Pensamos en algún momento que nuestros acreedores no reclamarán la devolución de la deuda? Si podemos estar seguros de algo es que los bancos, proveedores, Hacienda, SS… se asegurarán de ello.
Ahora comparemos con el circulante: ¿Qué garantía tenemos de que TODO el activo se hará efectivo? Nadie puede asegurarte de que venderás todo el inventario y de que todos los clientes harán efectivo el pago al 100%.
Si el circulante estuviese financiado al 100% al corto plazo, date cuenta de que estás corriendo un riesgo muy elevado. Cualquier pérdida o bajada de ventas te deja al descubierto ante la exigibilidad inmediata del pasivo. Empezaríamos entonces la travesía por la reestructuración de deuda y renegociación de plazos, perjudicando nuestra imagen para salvar la empresa.
Para evitar este extremo, lo habitual es que conceptualmente pensemos en que una parte de nuestro inventario es estructural, fija. Como comento en 3 tácticas para mejorar la liquidez de la empresa, dependerá en última instancia de la línea estratégica marcada.