Cancelación en redes sociales.
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Tras la libertad que existe de publicar en las redes sociales todo tipo de temas sin considerar contextos ni formas de hacerlo, la cancelación en redes sociales se ha considerado como una actividad de conducta social, que no aprueba a aquellos usuarios con comportamientos no aceptables, que dañan a terceros.
Ya que, este fenómeno de cancelación se ejerce aún sin que la ofensa sea tipificada como delito, algunos expertos han propuesto la hipótesis mediante el derecho penal observar los derechos de ambas partes para su regulación y equilibrio en el ejercicio de este acto.
¿Cómo se genera la cancelación en redes sociales?
Se genera a partir de la reacción y afectación que la publicación produce en el sentido del libre derecho de externar su opinión, si a sus seguidores o usuarios en general esto les ofende o no les parece adecuado “cancelan” a quién lo ha publicado bloqueando de sus redes sociales, dejando de seguirlo y en la mayoría de los casos dando respuestas a su disgusto dentro de la misma publicación. Palabras como “no me representas, no soy, bloqueado, cancelado, estás fuera de mi vida” son parte del lenguaje que da paso a esta consigna dentro de los usuarios.
Actualmente cualquier tema u opinión puede pasar por este filtro de aceptación o desaprobación por muy interesante o simple que parezca, eso lo determina la audiencia. La parte de consecuencia podría ser la afectación de la sana convivencia digital, por un lado, por otro lado, la dependencia de lo que opinamos y como nos afecta en nuestro estado de ánimo y finalmente la cero tolerancia al respeto de la opinión de otros.
A manera de racismo o no inclusión el The New York Times expresó en el artículo “Everyone is Canceled” que este fenómeno inició por la comunidad negra de USA, por lo que podemos reflexionar que no se trata en la actualidad, de un grupo de personas por su color o por su cultura, ha permeado de manera general en la sociedad.
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¿Sirve de algo la cancelación?
Más que servir de algo se pone en riesgo el alcance que llega a tener lo compartido convirtiendo la vida del usuario en vida pública, sus propios intereses y los intereses de terceros, incluso los intereses de las plataformas. Puede servir de algo si se hiciera de manera justa y no con la finalidad de rivalizar e ideologizar los contenidos compartidos. Por tal motivo se debe tomar en cuenta, afirman los expertos, la necesidad de la normativa de convivencia, es decir lo que se puede o no compartir y las consecuencias que esto conlleva no solo en el plano individual sino en el alcance social.
Referencias: