“Del jefe al líder”: El liderazgo y el reto de la profesionalización
Para todos aquellos que transitamos la organización desde un lugar reflexivo y que trabajamos por las buenas prácticas en las áreas de Recursos Humanos hablar de cambios de paradigma entorno al concepto de liderazgo no es una novedad.
Así como el mundo del trabajo atraviesa una serie de cambios paulatinos pero disruptivos en diversos aspectos, el modo de legitimar a un jefe o a un líder de equipo también muta.
Adaptarse a las nuevas prácticas de liderazgo, a conformar un buen modo de ser un líder, y a convivir como equipo con tipos de liderazgo diversos es un gran desafío.
Sin embargo, el reto es aún mayor cuando la organización atraviesa un proceso de profesionalización de sus circuitos. ¿Qué sucede con los modelos de liderazgo en este marco?
¿Qué involucra el camino de profesionalización de una organización?
Las empresas familiares representan uno de los actores productivos más relevantes en nuestra ciudad (sino el más). El crecimiento de la productividad del negocio, trae nuevos retos, no sólo a nivel operativo sino también a nivel estratégico.
El proceso de profesionalización de una empresa abarca abandonar las etapas iniciales de un emprendimiento familiar, (de intuición, improvisación o prueba y error) y optar por prácticas de gestión profesional y planificada, dónde se definen objetivos de trabajo, áreas, roles, procedimientos, canales de comunicación, y/o se involucren profesionales a los equipos; etc.
Es un proceso porque involucra a la organización en su totalidad y no es posible realizarlo de un día para el otro, lleva tiempo y sobre todo paciencia; ya que la gestión del cambio muchas veces lleva a una lucha interna con estructuras sólidas de prácticas y pensamientos.
¿Qué cambios atraviesa el concepto de liderazgo?
Las prácticas de liderazgo cambian a la par que se transforman todas las relaciones sociales.
En los años que corren, las organizaciones se han transformado en espacios de intersticio generacional. La incorporación de las nuevas generaciones al mundo del trabajo trae consigo una nueva construcción simbólica sobre los vínculos laborales.
Esta cuestión, no sólo se ve reflejada en los retos que implica la transformación digital sino que también conducen a instancias de crisis y replanteos que ponen en jaque las estructuras “normales” y el significado histórico del trabajo.
Los profesionales freelance y el trabajo flexible, los modelos de comunicación horizontales y colaborativos, la democratización de la información a través de Internet, el empoderamiento de los colaboradores sobre su propia empleabilidad y sobre sus condiciones laborales, son algunos de las cuestiones que ayudan a comprender que el modo de legitimar a un líder no es el mismo de siempre.
El nuevo líder tiene que hacer eco y ser consiente de estos cambios, que trascienden las fronteras de la organización pero que la afectan directamente.
La figura del líder en el proceso de profesionalización
Lo principal es comprender que el objetivo de profesionalizar la empresa familiar, es conseguir que la organización se base en la toma de decisiones en equipo; por ende la figura del líder será fundamental para la transición.
- ¡Basta de jefes!
El proceso de profesionalización no implica sólo aggiornar la metodología de gestión tradicional (paternalista y verticalista) a las modernas (horizontales, dialógicas y multidisciplinares), sino que, a su vez, implica adaptarse a los modos de hacer de las nuevas generaciones. Profesionalizar la empresa es la base para un traspaso generacional exitoso.
- ¡Hola a los líderes!
La sociedad cambia. Las jerarquías rígidas están en crisis, las nuevas generaciones buscamos líderes incentivadores y ejemplificadores, buscamos admirar a alguien para aprender de manera colectiva y colaborativa. “Obedecer” de manera acrítica ya no es una opción.
Si estás transitando la profesionalización de tu empresa en este contexto socio cultural estarás transitando un proceso de doble cara: el de amigarte con los circuitos de la empresa profesionalizada y el de familiarizarte con nuevas maneras de legitimar tu rol de líder.
Algunos consejos:
- Confiá y aprendé a delegar. No te acapares todas las tareas que involucren el posicionamiento de tu empresa. La empresa ya no es tu imagen ni tu nombre, es la sinergia de tu equipo.
- No te involucres en TODO. Aprendé a recibir resultados y no pedazos del proceso. El buen líder sabe cómo desarrollar la autonomía de sus colaboradores. Los vínculos productivos son aquellos que funcionan sólos no los que generan dependencia.
- Aprende a aprender de los demás. Jóvenes, adultos, con menor o mayor jerarquía. Potenciar la diversidad es el lema del siglo XXI. Escuchar lo diferente es la base de la creatividad y la innovación en los procesos.
- Sobre todas las cosas, la profesionalización implica la cercanía y reciprocidad entre las áreas de trabajo; desarrollá canales de comunicación y visualiza a la organización no cómo un proyecto personal sino como un proyecto en conjunto.
Lic. Noelia Maizel
noemaizel@gmail.com