¿Diferenciarse? 3 cosas que se deben trabajar
La diferenciación no es estar al día con la tecnología o dominar las últimas tácticas de marketing digital. Tres elementos: la teoría del negocio, los procesos internos basado en las verdaderas capacidades y el entendimiento del comportamiento del cliente – son, a mi manera de ver, los pilares para construir una marca sólida y con identidad que lleve a la diferenciación. Cuando logras conectar estas piezas, descubres distinciones que construyen la realidad de lo que se puede ofrecer, acortando la brecha de hacer lo que se promete.
El Corazón del Negocio: teoría de negocio, procesos y la felicidad del cliente
Estas son aristas que conviven en el mismo tiempo y espacio, son inseparables y es responsabilidad de líderes y directivos, permearlas al resto del equipo
1. Teoría del negocio: Saber para que se está organizado y cual es el core business. Ser fiel siempre a ese tema central sin dispersión, ya que desde allí se establecerá el crecimiento y emergerá la capacidad competitiva
2. Procesos internos y gente: Reconocer cómo se ejecutan las actividades diarias, cómo el equipo colabora para alcanzar los objetivos y quienes son los indicados para ser parte. Acá lo interesante es ver claramente como se está organizado, esto dista un organigrama. El cómo se organiza una empresa, expone las acciones reales de los participantes, sus dependencias y su manera de vivir a diario con la operación (en cualquier departamento).
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3. La felicidad del cliente: Saber qué buscan los clientes más allá de un producto o servicio, entender lo que realmente los mueve. Esto requiere una conexión emocional y conocimiento de sus motivaciones.
¿Cómo funciona?
Los clientes felices son el resultado de una empresa que ha sabido accionar su propósito desde el core de negocio, ha implementado los procesos correctos para garantizar una ejecución impecable y ha colocado a las personas adecuadas en los lugares correctos para crear experiencias excepcionales.
Al trabajar en estas áreas, una empresa no solo creará una marca que resuene con el público, sino que también se posicionará como un actor clave en su industria, mostrando su valor tanto a corto como a largo plazo, además de adquirir una capacidad de maniobra para mutar junto al mercado, gracias al entendimiento cercano de como actúa. La marca se convierte en el nexo entre los clientes, los colaboradores y la propia empresa, estableciendo conexiones de valor en todas las direcciones.