EL HUEVO, EL FUERO O EL LLAMADO GOBIERNO DE PROGRESO: LAS ELECCIONES EN NAVARRA
Fotografía por Canduela

EL HUEVO, EL FUERO O EL LLAMADO GOBIERNO DE PROGRESO: LAS ELECCIONES EN NAVARRA

Jordi Rodríguez-Virgili, Profesor del MCPC

La situación política de Navarra no difiere de la polarización del resto de España y se agrupa en dos grandes bloques aparentemente irreconciliables. Por un lado, el actual autodenominado gobierno de progreso encabezado por la presidenta socialista María Chivite y formado por el Partido Socialista de Navarra (PSN), la coalición Geroa Bai (PNV y Geroa Socialverdes) y Podemos, más un acuerdo de legislatura con Izquierda-Ezkerra (coalición de IU y Batzarre). Como los cuatro no suman mayoría absoluta, ya que cuentan con 23 de los 50 parlamentarios, tienen en EH-Bildu un socio imprescindible, tanto por activa (aprobación de los presupuestos) como por pasiva (abstención en la investidura). Por otro lado, se encuentra el bloque de oposición: Navarra Suma, coalición formada para la actual legislatura por UPN, PP y Ciudadanos, con 20 escaños.

Ante las elecciones del 28 de mayo, el bloque que sustenta el gobierno no presenta grandes novedades más allá del acuerdo de Podemos, Izquierda Unida y Batzarre de concurrir en coalición. Corrían el riesgo de quedarse fuera del Parlamento foral y la unión asegura al menos, según las encuestas, dos representantes. La intención de los socialistas es reeditar el pacto actual con Geroa Bai y Podemos. Pero si esta alianza no suma en la actualidad, menos lo hará con el previsible desgaste electoral del gobierno, que parece lo sufrirá de forma más intensa Geroa Bai. Por tanto, la duda es si un fortalecido EH-Bildu, al que las encuestas dan al menos dos escaños más, se seguirá conformando con ser socio externo del Partido Socialista y, en caso de respuesta afirmativa, qué precio pedirá por ese indispensable apoyo; por no hablar del cambio de escenario que supondría el sorpasso de EH-Bildu al PSN.

La novedad principal, que exige una redefinición de estrategias y candidatos, la ofrece el bloque de oposición. No se reeditará la coalición Navarra Suma y cuatro listas –UPN, PP, Ciudadanos y Vox– competirán por el espacio de centroderecha. La oportunidad radica en que en política uno más uno no siempre son dos. Con este cambio de estrategia se espera ensanchar el espacio electoral y facilitar la movilización. UPN defiende que ir solo le dará más apoyo social y más alternativas para gobernar. Con sus siglas quiere atraer el voto de socialistas descontentos, lo que supondría un trasvase de votos entre bloques y, después de las elecciones, facilitar que los socialistas rompan con EH-Bildu. Fían esto a que Pedro Sánchez, tocado por un mal resultado en las municipales y autonómicas, no pueda permitirse el lujo de presentarse a las urnas de diciembre con un gobierno foral formado gracias al apoyo necesario de EH-Bildu. El mensaje de UPN es claro: "o preside María Chivite de la mano de EH-Bildu o preside Javier Esparza en solitario".

El Partido Popular se ha reforzado con el fichaje de los conocidos diputados Sergio Sayas y Carlos García Adanero, expulsados de UPN por romper la disciplina de voto en la aprobación de la reforma laboral. Los populares se presentarán como la auténtica alternativa no solo a los nacionalistas vascos sino también al sanchismo. Por su parte, Ciudadanos y Vox lucharán por entrar en el Parlamento intentando superar la barrera electoral del 3%. Este es el riesgo de que el bloque de oposición se presente por separado: que miles de votos que sumaban en la coalición, se pierdan el 28 de mayo al no superar alguno de sus integrantes ese porcentaje. En Navarra, los últimos escaños se deciden por pocos votos. Este riesgo se agudiza en el ámbito municipal, donde el corte se eleva al 5%, y puede llevar al centroderecha a perder las alcaldías de Pamplona, Barañain, Egüés e incluso Tudela. Ya se habla de un posible trueque entre PSN y EH-Bildu por el que los socialistas votarían la alcaldía de Joseba Asiron en Pamplona a cambio de que EH-Bildu facilite la investidura de María Chivite.

Este complejo panorama, que refleja en política el certero lema turístico de “Navarra, tierra de diversidad”, complica la respuesta a la gran pregunta de cualquier proceso electoral: si la mayoría quiere cambio o continuidad. Se le atribuye a Francisco de Quevedo la pregunta, en el siglo XVII, de si las agitaciones en Cataluña eran "por el huevo o por el fuero", es decir, sobre tangibles de materias económicas y financieras o más bien sobre intangibles simbólicos y emocionales de si son región, nacionalidad o nación. Veremos por donde discurre la campaña electoral en Navarra, si por “el huevo” de los datos económicos, situación de la sanidad, competitividad, etc., que reforzaría el discurso nacional de alternancia del PP; por “el fuero” sobre una comunidad foral diferenciada del País Vasco y del resto de España, que beneficiaría el discurso regionalista de UPN; o por la renovación del llamado gobierno de progreso, que respaldaría al PSN, con el vital apoyo de EH-Bildu.

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😀 Gonzalo Alzueta

#Propósito #Reputación #Comunicación

1 año

Comparto solo el 99% del análisis de Jordi Rodriguez-Virgili falta saber si PSOE dejará decidir a PSN posibles pactos

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