El trabajo colaborativo y la responsabilidad conjunta.
En un proceso de selección, los candidatos van a hablar bien sobre sí mismos. Esto pasa y tiene mucho sentido. Si vas a pedir trabajo no vas a comentar sobre tus debilidades y desperfectos.
Desde una perspectiva podemos conversar que es mejor centrarse en lo que se hace bien, pues es en las fortalezas donde podemos desarrollar elementos con mayor facilidad. Además, que en forma natural es más sencillo sentir afinidad por las actividades que hacemos bien pues es más seguro nuestro desempeño.
¿Pero qué pasa con los elementos que tenemos por desarrollar?
No pretendo abarcar cada elemento, pues es inconcebible pensar que desarrollaremos todas las competencias en cada individuo. Pero es aquí, en donde la diversidad ayuda a ser complementarios donde me centrare. Si la diversidad ayuda a generar equipos de trabajo que permitan alcanzar objetivos, ¿qué tan importante es la colaboración y como reconocemos nuestro nivel de competencia?
Ser colaborativo puede entenderse como ser una persona que logra construir interacciones mediante acuerdos que toman en cuenta las diferencias, así como las habilidades propias y las de los demás.
Las empresas vinculan diferentes agentes que poseen conocimientos, habilidades, experiencias, y visiones particulares. Es la colaboración la llave que permite la integración de estos elementos a menor costo y tiempo para los fines marcados por la organización.
Un buen profesional sabe utilizar muy bien su tiempo, solo que existe un inconveniente: su tiempo es limitado. Considerando esto ¿cómo puede ser más eficaz? La eficacia personal se desarrolla con la capacidad que se tiene para integrarse con su equipo de personas. En un equipo colaborativo la formación, evaluación y desarrollo se logra en una sinergia única, en donde cada individuo es co-responsable de su compañero.
¿Vale la pena ser responsable por tu equipo de trabajo?
Considera un equipo deportivo profesional. Unos tendrán acciones especifica de defender y otros de anotar. El atacante podrá dedicarse únicamente a procurar anotar y tal vez lo consiga. Solo que si los defensores no logran realizar completamente su trabajo el equipo va a perder. Por más que anotes, si la defensa no logra su sub-objetivo, no lograras ganar. Y claro, puedes pensar individualmente y decir “yo hice mi trabajo”. Esto solo mostrará más tu habilidad actual sobre tu capacidad de colaboración para lograr objetivos de una organización.
Colaborar también significa reconocer que estás en un barco con el resto de tu equipo y que no existe tal cosa como “el barco tiene un agujero de tu lado”, el barco se va hundir como quiera, aunque no esté de tu lado.
De aquí se desprenden entonces algunas habilidades que puedes evaluar y reconocer en ti: la comunicación asertiva y la escucha activa.
La escucha consiste, no solo en considerar lo que dice el otro, sino en observar y empatizar con las emociones de la otra persona. La comunicación y la escucha son fundamentales tanto en el dominio personal, como en el dominio laboral, en el que la comunicación adecuada permite la efectividad en la negociación. Las personas que desarrollan la capacidad de generar colaboración lo hacen a través de la comunicación. Quienes se comunican efectivamente exponen sus ideas con mayor facilidad, respetan las opiniones de sus interlocutores, muestran un mayor compromiso y responsabilidad, consiguen sus propósitos y logran las metas organizacionales. (Cavanaugh, 2001).
Para reconocer tu colaboración puedes preguntarte:
- ¿Conozco la razón de las actividades en conjunto con la meta del equipo y cumplo sobrepasando las expectativas de mi rol particular?
- ¿Respeto la participación de mis compañeros mediante la verificación de mi comprensión de sus ideas y reconozco explícitamente las aportaciones de los demás?
- ¿Integro las ideas de los demás para el logro de metas del equipo?
- ¿Procuro ser cordial y brindo apoyo a los otros en sus actividades?
El desarrollo de competencias no es asunto de la noche a la mañana. Tiene relaciones importantes con las actitudes, historia y visión personal.
El aprendizaje es un acto consciente de reconocimiento propio. Si aún consideras que hacen falta elementos por desarrollar, se paciente contigo mismo y procura reconocer los elementos. Escucha con más atención, resume y verifica sus puntos de vista, procura de manera consciente integrar sus ideas en un marco de cordialidad hacia el fin de la tarea.