Acompañamiento.
Aquellos que hemos tenido la oportunidad de estudiar en una universidad, tal vez estamos agradecidos porque son pocos los mexicanos que tienen esa opción.
Ese agradecimiento, aunque real, suena vació cuando nos encontramos de frente al "mundo laboral". Anotó entre comillas la frase con un motivo claro: ese mundo es diferente a la universidad.
Es claro que la situación de un trabajador y la de un estudiante es diferente. Pero hago énfasis en las diferencias que, tal vez en forma descuidada, hemos otorgado a estos dos mundos.
Frases como "En la empresa ahora si vas a aprender", "Lo que estudiaste es casi nada, ahora si vas a ver lo importante", "La escuela no te enseña la vida real" denotan esa dicotomía en donde observamos una diferencia entre ambos elementos.
Se entiende que graduar de una universidad no significa que se conoce a profundidad sobre la disciplina en cuestión. Aunque, y es importante admitir, la misma empresa/industria también se encuentra en un proceso de continuo descubrimiento de su realidad/mercado.
Y es aquí, en la incorporación de talento a la empresa, en donde las frases que marcan diferencias entre los mundos cobran importancia. Aunque cada vez más empleadores buscan competencias, se siguen solicitando grados académicos. Los grados académicos de aquel mundo "donde no se te enseña la vida real".
Tengo que aclarar, que estoy convencido de la importancia de los grados académicos y de los diferenciadores que estos ofrecen.
Pero es la misma sociedad, empleadores e incluso educadores los que seguimos enfatizando las diferencias en lugar de buscar esas conexiones. Existen programas de entrenamiento, trainee, on-board, así como espacios de interacción para investigación o trabajo en conjunto. Y aún así, persiste la idea que existen más diferencias que similitudes.
Si alguna vez te preguntaste ¿Qué va a pasar conmigo al graduar? o, ¿Cómo empece con esta vida profesional? Estoy convencido que una buena parte de estas dudas nacen del énfasis que hacemos por diferenciar en lugar de unir.
Creo que si en este proceso los diferentes actores acompañamos a nuestros recién egresados, podemos mejorar no solo la transición, sino nuestra propia comunidad al tener empresas con talento adecuado para la posición.
Considero que la universidad y la empresa son parte del mismo mundo. Con sus diferencias pero con una grandes similitudes. Es aquí donde podemos seguir colaborando.
¿Cómo viviste tu transición?