En medio del Nuevo Orden Económico Mundial

"La historia se repite" y en asuntos económicos existen precedentes claros sobre los ciclos detrás del auge y declive de los imperios y potencias mundiales.

Mediante el estudio de los comportamientos actuales, pasados y pronósticos de variantes medibles convertidas en métricas como educación, innovación y tecnología, competitividad en el mercado global, output económico, trades compartidos, fuerza militar, el poder de sus centros financieros y la fuerza de su moneda, podemos notar las tendencias económicas e identificar en qué parte de la historia nos encontramos.

Este estudio se encuentra en el New York Times Best Seller: "Principles for Dealing with THE CHANGING WORLD ORDER (Why Nations Succeed and Fail)".

Los cambios en el orden económico ocurren en periodos de 120 años con cambios de lapsos de 10 a 20 años llenos de conflictos y guerras que lleva a la humanidad de potencias fuertes a potencias en posiciones de endeudamiento, orillando a los gobiernos arestructuraciones políticas.

El ciclo está dividido en tres fases: "El auge", seguido de "La punta" y culmina en "El declive", en estos periodos ocurren actos que afectan notoriamente a la población, creando buenas y malas condiciones económicas.

Podría asegurar que nos encontramos en medio del declive de nuestra actual potencia (Estados Unidos) con los estándares de vida de las personas cayendo ya que podemos observar el incremento de conflictos entre ambas ideologías políticas (la derecha y la izquierda) por la desigualdad económica, inconformismo por los incrementos en impuestos y condiciones comerciales turbulentas.

Este hecho afecta a toda Latino-América, en especial a un país dolarizado como Ecuador cuyas relaciones comerciales se han visto beneficiadas por la fuerza de su moneda para aprovechar las negociaciones de los vastos recursos naturales del país. Situación aún más preocupante si Estados Unidos resulta inmiscuida en el conflicto Ucranio-Rusia de manera violenta, ya que las guerras resultan altamente costosas y una derrota significaría la devaluación de la moneda del país perdedor.

Creo firmemente que el futuro no es tan incierto porque la historia siempre se repite aunque no sea con la precisión de las estimaciones económicas, de todas formas se pueden pronosticar y reconocer ciertos indicios de cuando y como prepararse para el futuro de un nuevo orden mundial.