España lidera una política migratoria humanitaria y eficiente

El Gobierno reafirma su compromiso con una política migratoria basada en la solvencia, la humanidad y la eficiencia, desmontando los mitos y bulos que rodean este fenómeno. En un momento en que la derecha y la ultraderecha intentan sembrar el miedo y la división, el Ejecutivo apuesta por una gestión responsable que reconoce tanto los desafíos como las oportunidades que presenta la inmigración para nuestro país.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha defendido esta semana en diferentes escenarios su política migratoria. El pasado lunes en La Moncloa, Sánchez se reunió con representantes de ONGs de migraciones, a quienes transmitió la voluntad del Ejecutivo de convertir a España en un referente en materia de política migratoria y protección internacional dentro de la Unión Europea. El objetivo es uno y está claro: cumplir con los más altos estándares en la protección de los Derechos Humanos y fortalecer el sistema de acogida e integración de personas migrantes.

Frente a los discursos alarmistas de la oposición, están los datos. Cifras rigurosas, solventes, que transmiten una realidad clara y contundente y que el secretario general del PSOE y presidente del Gobierno ha compartido durante su comparecencia en el Congreso de los Diputados el pasado miércoles.

En los últimos diez años, el 94% de los migrantes que han venido a España lo han hecho de forma totalmente legal y regulada, desmontando la narrativa de "invasiones" que promueve la derecha y la ultraderecha. El único motivo por el cual alguien puede ocultar esto, es por su incapacidad y falta de proyecto político, y ese es el problema de la oposición, que no hay nadie al frente del barco, porque entre otras cosas no tienen ni proyecto político.

En los últimos diez años, el 94% de los migrantes que han venido a España lo han hecho de forma totalmente legal y regulada, desmontando la narrativa de "invasiones" que promueve la derecha y la ultraderecha

La contribución de los inmigrantes a la economía y la sociedad española es innegable. Presentan una tasa de actividad cuatro puntos superiores a la de los ciudadanos nacionales, aportan el 10% de los ingresos de la Seguridad Social y utilizan los servicios públicos y prestaciones sociales un 40% menos que los nacidos en España. Sectores clave e invisibilizados como la agricultura, la construcción o la hostelería dependen en gran medida de la mano de obra inmigrante, representando entre el 25 y el 50% de sus trabajadores.

Los socialistas y este Gobierno son consciente de los desafíos que plantea la gestión migratoria, y por ello se ha desarrollado una estrategia basada en cinco ejes fundamentales. En primer lugar, se trabaja en el refuerzo de las fronteras y el sistema de acogida, revirtiendo el desmantelamiento llevado a cabo por anteriores administraciones. En segundo lugar, se impulsan instrumentos para una migración legal, segura y ordenada, incluyendo la agilización de homologación de títulos y nuevos programas de migración laboral.

En el ámbito europeo, se aboga por una política corresponsable y solidaria, reclamando la implicación efectiva de toda Europa en la gestión de los flujos migratorios. Por ello, el presidente ha anunciado que se pedirá a la Comisión Europea adelantar la entrada en vigor del Pacto de Migración y Asilo, para que sus herramientas de control fronterizo y reparto de personas migrantes se implementen en el verano de 2025.

En tercer lugar, la integración de los migrantes y por ello, el Gobierno pondrá en marcha un Plan Nacional de Integración y Convivencia Intercultural, que proporcionará recursos y medidas para fomentar la incorporación de los extranjeros en ámbitos laborales, educativos y sociales, previniendo errores del pasado y fortaleciendo una España diversa y cohesionada.

En el ámbito europeo, se aboga por una política corresponsable y solidaria, reclamando la implicación efectiva de toda Europa en la gestión de los flujos migratorios.

Por último, el Gobierno apuesta por fomentar el desarrollo económico de los países de origen de los migrantes, principalmente naciones latinoamericanas, del Caribe y del continente africano. Y para ello, se ha triplicado la ayuda al desarrollo en los países del Sahel, se ha duplicado el presupuesto de la AECID, se han puesto en marcha iniciativas como el plan para combatir la inseguridad alimentaria en el Cuerno de África, o se ha dado apoyo económico a Mauritania.

En contraste, la oposición de derecha y ultraderecha persiste en su retórica del miedo y la confrontación. Proponen medidas como que la armada deje de auxiliar náufragos, reemplazar centros de acogida por campos de detención, y realizar deportaciones masivas e indiscriminadas. Estas propuestas no solo atentan contra los derechos humanos, sino que condenarían a España al ostracismo internacional y al estancamiento económico.

En contraste, la oposición de derecha y ultraderecha persiste en su retórica del miedo y la confrontación.

Por todo ello, responsabilidad y solidaridad. "Los españoles somos hijos de la migración” y “no seremos padres de la xenofobia", tal y como ha sentenciado Sánchez. La política migratoria, en un mundo cada vez más interconectado, tiene que honrar nuestro pasado y asegurar nuestro futuro. España es un faro de humanidad y pragmatismo en Europa que demuestra que es posible gestionar la migración de manera eficiente sin sacrificar los valores fundamentales de la dignidad humana y de la solidaridad.