Menos bio-hacking, más bio-armonización
Ya no me gusta la palabra “bio-hacking” - to hack es hacer pedacitos, o infiltrar algo. Implica rapidez, un atajo, hacer algo en menos tiempo de lo que en realidad toma.
Todo esto lo disfracé (parafraseando y completando la definición original de los tech-bros y las biohacking-babes (los amo a todos) bajo esta definición:
“el arte de actualizar nuestro mundo interno (biología+psicología) y nuestro entorno a través de prácticas, procesos y herramientas derivados de la ciencia, la tecnología y la sabiduría ancestral, experimentando hasta encontrar la mezcla perfecta que nos permita ser nuestra mejor versión”
Uff -respiremos! Qué cantidad de palabras.
Y aunque aún vivo mi vida bajo ese mismo lente, tiene el nombre incorrecto, y eso confunde.
Cuando empecé a “biohackear” mi vida (les digo, reacción visceral de tensión con esa palabra por estos días), lo hacía justamente con la intención porque que nació ese término, que ya hace parte de varios diccionarios.
Quería hacer más, más, más - más cosas, más rápido, más veces, mejor. Dormir menos para estar más horas despierta, entrenar menos pero con resultados más rápidos, comer menos y reemplazar nutrientes con suplementos porque, o no había tiempo para comer, o había que reducir las calorías, manipular el entorno con todas las tecnologías posibles para no sentir incomodidad, y básicamente jugar a ser Dios cambiando la noche por el día y obligando a mi cuerpo a hacer cosas anti-naturales pero “necesarias” para “tener éxito”.
Maximalismo al 100%, con máscara de minimalismo.
Y eso funcionó y me hizo feliz hasta que dejó de funcionar y dejó de hacerme feliz. Que bueno que siempre podemos cambiar de opinión y corregir el curso!
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Hoy, no quiero hackear nada.
A esa misma definición, le di otro nombre: bioarmonización. Quiero vivir en armonía con lo natural, porque soy naturaleza. Respetar mis tiempos, y los ciclos, el tiempo que toman los procesos. Los montañas y los valles, el amanecer y el atardecer, el día y la noche, las estaciones.
No se nos puede olvidar que somos naturaleza - llevamos años olvidandolo poco a poco, queriendo dominarla, destruyéndola poco a poco y en el proceso destruyéndonos a nosotros como especie, porque ella va a estar aquí años después de que nos hayamos matado todos.
Alguna vez leí una frase que se me quedó tatuada: la única manera de tener 20 años de experiencia, es acumulando 20 años de experiencia. No hay atajo para vivir, no hay atajo para cambiar, no hay atajo para crecer, evolucionar, sanar. Más no es necesariamente más (excepción: libros y audiolibros).
Para vivir, hay que acumular vida. Sin pausa, pero sin prisa. Aquí y ahora.
Armonizandonos con los ritmos de nuestra naturaleza.
En un mundo que quiere ir cada vez más rápido, la invitación es a armonizarnos con los ritmos de la naturaleza.
Si nos desaceleramos, tal vez hagamos menos, pero podemos ser más. Y al ser más, nos vamos a sentir más seguros y más presentes.
Si el mundo gira alrededor del ahora, cuál es el afán?
International Speaker and Consultant
2 añosMe encantó! Y si, buscando aun ese punto de armonía, es un proceso muy personal😊