NI MARRONES NI TIRONES
Ni marrones ni tirones
Recomendado por LinkedIn
Leía en el perfil de una notable influenciadora y exitosa empresaria que fomentaba hábitos saludables o algo por el estilo y decía algo como: las excusas son para perdedores. Las tribunas virtuales que hacen de vida real a muchos enviaban corazones, deditos para arriba, aplausos y comentarios de si, así es. Seguí ojeando cualquier cosa o en tal vez estaba en uno de esos espacios de tiempo en donde nos pasmamos un poco frente a las pantallas esperando respuestas del más allá o del más acá cuando me di cuenta de que en mi mente seguía aquella idea de la excusa y el perdedor. Luego vi en el perfil de otro empresario que insistía que si no duele, no sirve o que de lo contrario te labras un camino de perdedores. Así empecé a encontrar un patrón en el entorno virtual y real lleno de destrozos emocionales laborales y personales que nos dicen que si no encuentras tu yo verdadero consciente y de guerrero, adivinen: si, también eres un perdedor. Me reí con mi yo interno y dije sí, yo soy perdedora todos los días y espero serlo por lo que me quede de vida. No es sicología inversa, no es por llevar la contraria (o de golpe sí), es más bien un grito mudo por todo lo que se gana y se vive con las pérdidas. No es un premio de consolación ni para que participes para la siguiente oportunidad, es porque es la vida, la de vivir y la que le podemos terminar haciéndole a cuadritos a los demás cuando pretendemos decir a los cuatro vientos que no soy un perdedor, no lo seré, que mis hijos no lo sean o que no se aceptan excusas de perdedores, solo de exitosos ganadores (acá va una risa irónica). Bien lo diría Franco de Vita por allá en épocas del pasado, claro que se perder y más vale saber hacerlo porque ahí en esas pérdidas de tiempo por ejemplo salen las mejores ideas, en el ocio vagabundo, por que perder es doloroso hasta la médula y nos ayuda a sentir y sobre todo pensar con compasión, porque no es el esfuerzo hasta el dolor y el hábito castigador el que nos vuelve ganadores. Sin pensarlo nos hemos metido en un bucle de dolor, sacrificio y culpa por cada bocanada de aire, que ni con el concilio de Trento multiplicando confesiones nos alcanza la vida para el ¨no pain no gain¨.
Mi abuela decía quién quiere marrones aguanta tirones y la verdad hoy no estoy tan segura. No es un llamado a justificar la desidia y la inacción es a pensar más que a sentir dolor y sacrificio, es a pensar cuando en el trabajo diario tratamos a todos como perdedores por que escogieron un camino pausado o diferente a nosotros. Me parece más pertinente hablando de dolores autoimpuestos: al que le gusta le sabe y por eso a veces duele como sabroso porque se pierde con gusto y se gana mejor. Perdedores de cada rincón unámonos para seguir ganando y explicándonos con excusas que nos den certeza que estamos viviendo.
Conferencista de Cultura Laboral y organizacional. Senior HR Director & labor strategy expert
1 añoMe encanta! Coincido con tu perspectiva, porque ese miedo a ser perdedor nos estresa y no nos deja disfrutar el camino plenamente, celebrar en la imperfección lo lindo de las cosas