Pasamos de novela en novela.
Los latinos tenemos esa “salsa” especial. Nos encanta comunicarnos entre nosotros y con lo que sucede. Amamos que nos cuenten historias. Descubrirlas todavía más, y tener “Las primicias de ello” todavía mejor. Nuestra alegría es estar al día en los temas del momento para que, a la hora de sostener unas conversación, conozcamos cada “Detalle” de la historia en materia, y nos haga parecer inteligentes, sofisticados y más aún, hasta cultos.
Y precisamente esa palabra “Culto” es muchas veces lo contrario a lo que creemos. Porque la gente de antes, que eran mucho más estrictos en temas de principios y valores, nos enseñaban a “No meternos en lo que no nos importa” a “no ir a donde no nos han llamado” ¡Pero como nos encanta estar allí!
¡Por eso el amor por las telenovelas! Desde pequeños vemos que nuestras parientes mujeres (Y muchos hombres también) pasábamos muchas horas frente a un televisor viendo telenovelas. Así fueran recicladas. Así las hayamos visto en versión coreana y luego adaptada a la colombiana. Yo mismo recuerdo algunos capítulos (Mi excusa fue exploración social) recuerdo varias de Don Pedro el escamoso, de Betty La fea, incluso cuando iniciaba Chica da Silva, o bien Pantanal y había que ir a dormir, porque estaban en la franja adulta.
¡Nos encantan las novelas! Ahora les llamamos “series” en las nuevas plataformas digitales, para diferenciarlas de la época de antaño. El asunto es que aquí en Honduras podríamos escribir algunas muy buenas. Con tramas que tengan giros inesperados y sobre todo con personajes ocultos, que ni siquiera pensamos (Pero todos sabemos) son los que mueven los hilos de la historia.
¡Y vaya que esto nos desenfoca de nuestras realidades! ¡Como el estar “noveleando” el saqueo de I.H.S.S. En lugar de exigir resultados. Pasamos a los juicios de los “Cantantes” en las cortes de los Estados Unidos. Y el más reciente que va desde el juicio por las compras de los Hospitales, y el desembarco de los mismos en el puerto ¡Si lo que ocupamos son los Hospitales y ya! Este apego novelesco también ocurre en nuestras vidas. Hay mucha personas que han pasado por cosas que sin duda han sido durisimas. Desde divorcio. Abusos de tipo sexual y psicológico. Escasez y abandono. ¡Qué admirable escuchar alguien que cuenta como supero esa etapa en su vida! Pero hay personas que siempre anda una novela nueva que contar. Así sean capítulos repetidos.
Sin importar cuanto consejo se le pueda dar. Sin importar cuantas veces haya tropezado en esa piedra. Sin importar advertencias de la gente que le ama. La novela continua simplemente porque no sabemos romper los ciclos y enfocarnos en lo que nos compete. Mi deseo es que Honduras deje de parecerse a una novela. ¡Y nos convirtamos en una historia de éxito! Una historia donde podamos hablar de todo lo que padecimos, pero que al final lo superamos.
Para ello, debemos tener visión, del país que queremos. De las cosas que queremos lograr. Cuando una persona tiene metas claras, cuando alguien desea lograr algo cueste lo que cueste, su mirada estará puesta en el futuro. No en el pasado. Sacando lecciones. Creciendo como ser humano. Cuando uno desea hacer bien las cosas, vive para ello. Y tampoco se deja distraer por telenovelas que sin duda, no dejarán de seguir apareciendo. ¿Qué queremos para el 2021? Si…¡ Hay que ir pensando en eso! Pero si seguimos de novela en novela seguro no alcanzaremos cambio alguno.
Tengamos visión de águila. Enfoque de rayo laser. Perseverancia. Y dejemos a un lado tanta distracción ¡Está en nuestras manos crear una historia de éxito!