No se trata de mi.
Cuán difícil es desprenderse del ego. Del orgullo. Del “yoísmo” que tanto se nos ha enseñado como modo de supervivencia. Y es que pensar en uno mismo no está del todo mal, considero que para poder amar a otros, primero uno debe amarse a uno mismo, tal como lo señaló Jesucristo en las Escrituras.
Como líder, es una de las cosas más difíciles de enseñar. Pero todavía más difícil de aprender, es el trabajo en equipo. ¡Eso si que nos cuesta! Nos cuesta que nuestra opinión no sea la que sobresale. Nos cuesta que tengan preferencia por otro que está en el equipo. Nos cuesta saber que también tendremos que esforzarnos tanto como los demás y que siempre habrá uno que otro que no se esfuerce nada. Cuando he trabajado con equipos creativos, les comparto algo que me costó aprender y ayuda mucho: "No soy el centro del universo." No soy el ombligo del mundo y no necesariamente, las cosas giran en torno a mi, a mis gustos y a lo que yo quiero.
Bajarnos del espacio donde estamos y aterrizar que somos parte de algo mucho más grande que nosotros y que no necesariamente tenemos control de ello, es algo difícil de asimilar, porque peleamos tener el control de las cosas, no para hacerlo mejor, o crear un beneficio. Buscamos controlar todo por el egoísmo que vigilar que se haga a la manera que queremos. Y tal como queremos que salga. Repito, no soy el centro del universo. Y es allí donde muchas veces elevamos reclamos al cielo cuando nos ocurre algo y gritamos ¡Porqué a mi! La pregunta es ¿Y porque no a mi? Tristemente es lo que ocurre en nuestra Honduras, en el pico más alto de la pandemia, los “yoismos” sobran.
Las redes sociales se han convertido en un basurero de ataques, porque unos opinan de un modo y otros de otro. Y si no estás de acuerdo descargo mi argumento contra el otro, porque los planetas giran alrededor del que tiene razón. Y miren si sé de eso. En mi carrera de publicista y mercadólogo he conocido colegas cuyo ego, casi, casi toca las alturas de las nubes. Para ellos lo que ellos hacen es una maravilla y nadie es capaz de hacerlos mejor. Una vez un cliente me dijo “Aprenda a ver lo bueno en los otros” y sentí que estaba teniendo una actitud infantil. Debí trabajar mucho en cambiar eso. La solidaridad de los Hondureños está teniendo máscaras. Estamos haciendo entregas de cosas, para la foto. Aunque claro está, no todos. Estamos deseando que se acabe la corrupción sin arrancarla de nuestro corazón primero. ¿Y creemos que esto se trata de nosotros? Ese es el problema. No se trata de mi. Se trata de Honduras. ¿Haría lo que le convenga a mi país, así no me convenga a mi? Pregunta difícil.
Pero así mismo, cuando nosotros sabemos que mientras estemos en esta vida, es parte de ella sufrir. Es parte de ella tener momentos largos y malos. ¡Porque no se trata de que todo sea como yo quiero!
Si como Catrachos dejamos el egoísmo a un lado. Nos ayudaría mucho a aliviar la fatiga emocional que muchos están teniendo. Casi seis meses de malas noticias. De pérdidas. De corrupción. Dejemos el egoísmo a un lado. Y eso nos traerá paz para pensar. Para actuar en unidad. Estoy seguro que Dios ayudará a Honduras a salir de esta. Pero el tremendo ego de muchos, me incluyo como el primero, debe ser arrancado de nosotros.
El Covid se vence con humildad. Con mucha humildad. ¡Es una decisión personal! Es lo único que se trata de mi.
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4 añosEnrique muchas gracias por llamarnos a vivir desde la humildad .. lleva razón y sabiduría lo que has escrito.