¡Que viva la globalización!
Hace casi 20 años, el 11 de octubre de 2000, estuve en el Centro Espacial Kennedy de Cabo Cañaveral para ver el lanzamiento del transbordador espacial Discovery. Claro que fue emocionante, aunque era un niño de apenas 6 años que no entendía lo impactante que era ver a siete hombres salir de la atmósfera hacia una casa en el espacio. El sábado 30 de mayo de 2020 comenzó la primera misión espacial de SpaceX, una empresa privada creada por el billonario Elon Musk, un inmigrante de Sudáfrica quien, junto con la NASA, colocó dos astronautas en el espacio casi diez años después de la ultima misión tripulada desde suelo americano. ¡Qué distinto se vive esta misión en un mundo globalizado en tiempos de pandemia! Personalmente, lo vi en YouTube, en un televisor japonés, degustando una copa de chardonnay francés y un queso manchego español. Estas delicatessen del mundo solamente las puedo consumir porque Estados Unidos es un país abierto al comercio internacional. Lo que en Ecuador sería un lujo de pelucón, aquí es una comida muy accesible.
En economía, los modelos de comercio internacional son extensos, diversos y, muchas veces, complicados. Pero un modelo básico, que explica los beneficios del comercio internacional, es el modelo Ricardiano. Es una teoría creada por David Ricardo, un señor adinerado que vivió en el siglo XVIII y XIX, que hacía su fortuna en el mercado bursátil y que estaba a favor del libre comercio.
¿Qué es lo que dice este modelo? David Ricardo introdujo el concepto de “ventajas comparativa”, una evolución con relación al concepto de “ventajas absolutas” que su mentor, Adam Smith, había introducido unos años antes. Entonces, ¿cómo lo comentamos para que nuestra abuelita lo entienda? Partamos de la pregunta: ¿por qué los españoles exportan queso manchego y los franceses vino chardonnay? La razón no es porque los franceses no puedan hacer un queso de oveja similar al manchego, ni los españoles no puedan hacer un vino blanco similar al de la región de Borgoña, sino porque los recursos de cada país están más eficientemente utilizados cuando se destinan a la producción de aquellos bienes en los cuales los costos de oportunidad son más bajos, es decir en lo que tienen mayores ventajas comparativas y les permiten ser más eficientes.
El socialismo del siglo XXI se niega a la apertura comercial con el pretexto de proteger el trabajo. Lo que no toma en cuenta es que, impidiendo la apertura, nos están sobre protegiendo y solapando la ineficiencia. Estamos como en la caverna de Platón, escondidos de la realidad, sin darnos cuenta de que afuera hay un mundo que está lanzando astronautas al espacio y utilizando inteligencia artificial. Mientras tanto, nosotros seguimos entregando papelitos antes de entrar al estacionamiento o al cruzar un peaje. Para crecer, necesitamos salir de nuestra zona de confort y estar dispuestos a ser creativos, a sacrificarnos y a ir encontrando nuestras ventajas comparativas. En lugar de quejarnos, por ejemplo, por la eliminación al subsidio de los combustibles, deberíamos demandar más libertad para comerciar y mayor desregulación para emprender, para que la capacidad creativa de la iniciativa privada permita conseguir resultados de manera eficiente. Los ecuatorianos somos capaces, nos podemos adaptar para descubrir y utilizar nuestras ventajas comparativas que nos permitan alcanzar un mayor nivel de bienestar y, por qué no, disfrutar de vez en cuando de unas exquisitas delicatessen.
Creative Producer @ Staging Solutions | Master's in Data Processing - Event Technology
4 añosMe encanta ! 👌🙌