SERIE CIENCIA FICCIÓN. Historias de hechos reales en empresas.
Cuando llegué a México, uno de los primeros empleos que conseguí fue como vendedor. A los tres meses de ingresar a la empresa, surgió una oportunidad única para atender a un grupo muy importante con sucursales en varias regiones del país. El trabajo requería que la persona encargada viajara durante toda la semana laboral. Inicialmente, la empresa ofreció esta oportunidad a sus colaboradores más experimentados, empezando por directores, luego gerentes y finalmente vendedores. Sin embargo, todos rechazaron la oferta debido a la necesidad de estar lejos de sus familias durante largos periodos y al hecho de que el salario inicial sería similar al que ya percibían, hasta que el proyecto despegara.
Cuando me presentaron esta oportunidad, como un inmigrante recién llegado y sin conocer mucho de México, ciertamente me llenó de temor. Pero era una oportunidad de crecimiento que no podía dejar pasar, así que decidí aceptarla sin dudarlo.
Al cabo de 8 meses, mi sueldo se duplicó y al año estaba ganando más que cualquier otro empleado en la empresa. Esto provocó que los colaboradores más antiguos, con más de ocho años de experiencia en la empresa, comenzaran a quejarse. A veces me pregunto si la gente elige ser ignorante o si se esfuerza conscientemente para lograrlo.
La zona de confort en la que muchas personas viven definitivamente nubla su juicio y les impide pensar con claridad.