Sobre las Juntas y Comités Directivos... Efectivos
Parte del día a día de un consultor es explorar las necesidades de sus clientes, las cuales evolucionan, cambian, crecen y quedan obsoletas, para ser reemplazadas por nuevos retos. Como si fueran una enfermedad, las necesidades empresariales no siempre se dejan ver sino hasta que los síntomas son tan obvios que es tarde para abordarlas y acabar con ellas fácilmente. Una de las necesidades que muchas veces los consultores podemos detectar con más claridad que los empresarios, solo por el hecho de ser ojos externos, es que sus comités o juntas directivas son poco efectivas.
La mayor parte de las organizaciones reconocen la necesidad de alinear el desempeño, crecimiento y desarrollo de sus equipos de trabajo; sin embargo, los directores se olvidan que esa alineación comienza con ellos. Al igual que cualquier metodología para gestionar el desempeño, existen elementos que son fundamentales para que cualquier equipo sea efectivo.
El primer elemento es sinergía de los integrantes a través del respeto a las diferencias, que es lo único que garantizará que el equipo permita la incorporación de personas con distintos perfiles que se complementen en habilidades, competencias, experiencias y conocimientos. Las Juntas Directivas o Comités Ejecutivos generalmente están conformados por profesionales expertos en el negocio y sus operaciones o accionistas con conocimiento financiero, de inversiones y administración de empresas. La familiaridad, historia particular y relaciones entre los miembros de las Juntas o Comités Directivos pueden llegar a causar dos dinámicas opuestas muy perjudiciales:
El efecto “Kumbayá” en donde todos llegan a acuerdos fácilmente sin mayor cuestionamiento para evitar roces o confrontaciones, lo cual aumenta las probabilidades de perder competitividad por dejar de explorar alternativas diferentes a las que se han probado con anterioridad.
En otros casos, cuando el respeto se ha perdido, las relaciones cercanas entre personas con propuestas distintas, se tornan confrontacionales, hasta un punto en el que es difícil llegar a acuerdos y los negocios entran en estados de estancamiento que a veces pueden durar años.
El segundo elemento que aumenta la efectividad de las Juntas y Comités Directivos es la medición de la gestión, con la incorporación de una metodología de desempeño a través de indicadores estratégicos claros y cuantificables, que les permita monitorear su avance hacia las metas que se planteen como equipo. Usualmente estas juntas presentan informes financieros u operativos, pero dejan de lado indicadores claves para medir la sostenibilidad del negocio a largo plazo cuidando de todos los "stakeholders" importantes. Indicadores como lealtad de los clientes, innovación, clima organizacional, branding empleador, capacidad disruptiva, cumplimiento con entes reguladores, confiabilidad de proveedores claves o mediciones que garanticen la práctica de valores éticos; son opacados por mediciones que nos hablan solo del presente financiero, como: facturación, rentabilidad, margen de productos, endeudamiento, cuentas por cobrar, retorno sobre el patrimonio. Los indicadores financieros son cruciales para entender cómo va el negocio, pero no garantizan que el equipo se mantenga siendo competitivo al cambiar los entornos económicos.
La incorporación de un consultor externo con una visión humana que a la vez domine la administración de indicadores estratégicos de desempeño, es una práctica que cada vez más empresarios están implementando, porque han comprendido que en entornos poco predecibles es muy importante tener diferentes puntos de vista discutiendo el rumbo de la organización.
A pesar de todos los esfuerzos realizados en las últimas décadas para romper con los paradigmas que giran en torno al género y al trabajo, en Latinoamérica las carreras humanistas siguen siendo cursadas y ejercidas predominantemente por mujeres. Si en Panamá unimos esta realidad, a la necesidad de cumplir con la cuota del 30% de presencia femenina en Juntas Directivas exigida por la Ley 56 del 2017, los empresarios están frente a la gran oportunidad de incorporar a mujeres líderes que rompan el perfil financiero y de negocios, abriéndole paso a mujeres profesionales que ayuden a los líderes del negocio a manejar el reto humano.
Pero, ¿qué es el reto humano?
La ausencia de competencias y habilidades requeridas, los problemas de comunicación interna, la resistencia al cambio, la falta de claridad en las metas y la incongruencia entre la compensación y los resultados, son algunos de los factores que sabotean la implementación de cualquier estrategia de negocio.
Cuando un consultor humano se incorpora en las mesas de discusión, abre oportunidades de diálogo que el equipo ejecutivo antes no veía posibles, siempre buscando que la información discutida tenga un formato enfocado en responsabilidad por los resultados a través de mediciones de metas claras. Yoav Rudelman, quien fue el CEO de un grupo empresarial automotriz en Costa Rica y Panamá decidió que un consultor humano externo ocuparía una silla en su mesa de Comité Directivo mensual durante varios años, al darse cuenta que era necesario incorporar una metodología de seguimiento de indicadores estratégicos claves para garantizar que su visión de negocio no se perdiera en el trayecto.
"El alto nivel de compromiso de Humanidea fue clave para alcanzar los niveles de crecimiento más agresivos de la industria en los países en donde operamos durante 6 años consecutivos" - Yoav Rudelman
Después de un proceso exitoso de transformación cultural y operativa, en la cual el equipo fue capaz de romper con los esquemas tradicionales de venta y servicio al cliente, Grupo Rudelman fue adquirido por Inchcape, el distribuidor automotriz independiente multi-marca líder en el mundo, quienes reconocieron una valoración del negocio extraordinaria y sin precedentes en la región. Para tener más detalles de la transacción, puedes hacer clic en la imagen:
Ingeniero Industrial|Procesos| Riesgos
3 añosMuy buena publicación.