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¿ Qué tiempo va a hacer mañana ?

Y tú, ¿ qué tiempo quieres que haga ?

En Galicia certezas, pocas, como dice el genial Carlos Blanco. ¿ Como tenerlas en el único lugar en el que el himno oficial comienza con una pregunta ? Somos gallegos, estamos programados para preguntar, los demás afirman, nosotros cuestionamos. Los franceses dicen “A les infants de la patrie”, los alemanes “Deustchland, Deustchland”, los portugueses son “Héroes do mar”, los vascos dicen “Somos soldados y allá vamos” y los catalanes, los catalanes, como no, hablan de dinero “Cataluña triunfante volverá a ser rica”. El nuestro comienza con un interrogante ¿ Qué din ( dicen ) os rumorosos ( pinos ) da costa verdescente ?

Cómo no puede ser de otro modo, en el primer país que se levantó en armas contra la injusticia de un sistema feudal abusón y saqueador. ¿ Cómo proporcionar certezas a una organización que cada día imponía un nuevo impuesto que agobiaba a todas las clases trabajadoras y comerciantes ? 

Incapaces de saciar la extraordinaria avidez depredadora de los señores, que disponían a su entera voluntad de vidas y haciendas, agotada la capacidad de sufrimiento por la insoportable situación dio comienzo la rebelión al grito de, ¡ Abajo las fortalezas !

Ironicamente, el derrocamiento del feudalismo facilito la implantación de una monarquia absolutista que, lejos de apoyar a quienes habían hecho posible su ascenso al derrotar a los nobles que le eran rebeldes por ser partidarios de sus rivales y competidores en la sucesión al trono, paso a gobernar con mano de hierro y deslocalizar la administración implantando el estado de sitio y suprimiendo libertades.

¿ Puede ser este hecho histórico desconocido para la mayoría de los que nos conocen, uno de los principales motivos originales que nos ha predispuesto a ser cautos por naturaleza ? 

Es un palo muy grande haber luchado para erradicar una gran injusticia favoreciendo al haberlo hecho, la implantación de otra similar. Nos ha pasado a nosotros y lo hemos visto en el resto del mundo través de los tiempos.

Pero, al contrario de lo que se pueda pensar, no somos gente cerrada ni desconfiada por naturaleza. Quien tenga amigos gallegos puede atestiguar que somos personas hospitalarias, solidarias y acogedores con los de fuera. Invitamos a nuestros amigos a comidas (que se alargan hasta la cena), a churrascadas en familia, a dormir en nuestras casas, etc …

Somos hijos de la morriña por parte de la inmigración y como tales, muy de acordarnos de Galicia cuando estamos fuera, pero también es cierto que nos adaptamos con facilidad a los nuevos sitios. Como norma general, en todo sitio al que vayas te vas a encontrar un gallego que emigró, o un hijo de estos, por esto, allá donde nos encuentres tendrás cariño y un lugar acogedor.

Eso sí, llueve, es muy habitual, aquí la lluvia es arte, pero a nosotros no nos influye. Hemos adaptado nuestra vida a la lluvia y no nos molesta. Además, tenemos un dicho: “nunca choveu que non escampara” ( esto es valido para todo acontecimiento vital ).

Continuará, o no.

Gracias por seguirme, de corazón.