Un Perú lleno de instantes
No sé si les ha pasado que, al encontrarnos ante un paisaje o momento hermoso, queremos retener esa belleza en una fotografía o en un vídeo. Me ha sucedido y me frustra no poder. Uno se enfrenta con la contradicción de ser tan pequeño y la ambición por capturar la belleza de la naturaleza en una imagen o vídeo, la contradicción de un ser pequeño queriendo hacer perdurar una experiencia en el tiempo. Me he golpeado mil veces con esa realidad, pero sigo intentándolo olvidando que el lente de una cámara siempre será inferior a la experiencia de los sentidos. Las montañas de la Reserva Nacional del Huascarán, las imponentes ballenas navegando en el mar de Tumbes y las cristalinas aguas de Huancaya, nunca se podrán capturar en su plenitud con un lente. Todo queda en la memoria y en la experiencia del momento.
La vida está llena de momentos, está llena de instantes. Desde la admiración y la contemplación de una abeja en el jardín hasta las hermosas piedras del Cuzco, todos son instantes. Instantes fugaces que no duran mucho pero que nos invitan a buscarlos porque ellos siempre están y somos nosotros los que no estamos. Podemos estar en el mismo lugar y a la misma hora, pero no estamos atentos para contemplar. Se vuelven necesarios el silencio y la pausa para calmar el ruido de la mente y del exterior y, así, encontrar el sosiego interior para capturar el momento.
Lo curioso es que, luego de un momento corto de contemplación captado con los sentidos, surgen la gratitud y el impulso a la acción. Gratitud por tener la posibilidad de contemplar ese hermoso momento. Impulso a la acción porque surge el deseo de repetirlo, de hacer algo para que otros lo vivan o de preservarlo. Siempre queremos compartir porque el ser humano es un ser social, es decir, como decía Aristóteles, el ser humano “es” en la medida que “co-es”, en la medida que nos desarrollamos en comunidad.
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Para nosotros los peruanos, nuestra comunidad es el Perú. Un país lleno de belleza y de instantes en que, al contemplarlos, nos impulsarán a la acción y a la gratitud. No niego que hay mucho, MUCHO, por mejorar como país pero no podemos perder de vista lo que sí tenemos y admirarlo porque caemos en el riesgo de no agradecer por nada y solo tomar acción ante lo que falta y no por lo que se tiene. Volvamos a contemplar, volvamos a agradecer en medio de las dificultades y a tomar acción en un país lleno de instantes.
¡Viva el Perú!
Director de Consultoría: Desarrollo Organizacional, Hunting de profesionales, Mentor de carreras.
5 mesesGracias Jose María Jose Manuel Castellano Una corta invitación a reflexionar.