¿Y después de los incendios?
Desgraciadamente, en Galicia tenemos mucho que recuperar tras el trágico fin de semana de incendios que asoló gran parte de superficie de nuestra comunidad recientemente. Pero es importante no actuar de manera precipitada a la hora de restaurar el paisaje y hay que tener en cuenta una serie de recomendaciones:
- La mayor parte del monte en Galicia es privado, por lo que antes de actuar deberíamos ponernos en contacto con los propietarios para obtener su permiso.
- Hay que identificar la gravedad y actuar primero en zonas de mayor pendiente, cerca de los cursos de agua y en zonas más castigadas por el incendio. Las zonas más afectadas serán aquellas en las que el suelo está cubierto únicamente por cenizas. En caso de encontrarnos con hojas chamuscadas o el suelo sin quemar significa que la intensidad es menor y todavía se conservan semillas de las que pueden brotar las plantas.
- Evitar la siembra indiscriminada de semillas, en muchos casos es difícil saber exactamente cuáles son las especies autóctonas que había en ese lugar y mucho más saber si las semillas se corresponden correctamente y no incluyen especies invasoras. Además, si el suelo está muy castigado, no se conseguirá crear una cubierta vegetal antes de las lluvias. También se desaconseja la siembra de especies usadas en prados y campos de hierba, ya que aunque su crecimiento es más rápido, en muchos casos son especies de carácter invasor que más adelante impedirán el crecimiento de especies autóctonas. Pese a que es más lenta, la recuperación natural en muchos casos es la mejor opción ya que, entre otras muchas ventajas, proporciona mayor diversidad.
- Es mejor no pisar los terrenos quemados ya que se pueden causar daños a los mismos como son la compactación, dificultando el crecimiento de nuevas plantas o acelerar la erosión, por lo que se debería evitar en la medida de lo posible el uso de maquinaria pesada. Por este motivo también se aconseja que en caso de que sea necesario ir a un monte quemado, utilizar siempre caminos y sendas forestales.
- No realizar sacas de madera de forma muy abusiva ni cortar árboles o romper ramas ya que retienen grandes cantidades de suelo, favoreciendo la erosión.
- Dejar los restos forestales perpendiculares a la pendiente, lo que disminuye la pérdida de suelo por escorrentía.
- Poner filtros vegetales (restos de podas, broza) cerca de los cauces de los ríos para frenar los arrastres del suelo e imposibilitar la contaminación de las aguas.
- Repartir paja en zonas sensibles, como pueden ser aquellas de gran pendiente o donde haya cursos de agua, que por una parte aportan materia orgánica al suelo y por otra evitan la pérdida de suelo por la acción erosiva de las lluvias.
Recordad que lo importante es la prevención de los incendios, pero si por cualquier causa llegan a suceder, es mejor dejar la recuperación en manos de profesionales y técnicos especializados. No todos los suelos quemados son iguales y no sirven las mismas medidas para todos. Como apunta la Sociedad Gallega de Historia Natural: una buena intención no tiene por qué dar lugar a buenos resultados.
Fuentes: