¿Y mi premio?

Aspectos a considerar cuando tu trabajo no es reconocido.

Una situación bastante cotidiana en las oficinas y centros de trabajo actualmente es la del trabajo no reconocido o mal valorado. Parece ser que el reconocimiento laboral es uno de aquellos temas delicados, que siguen generando discusión y dificultad para acertar a la manera correcta de ejecutarlo. Lo interesante de esto es que, a pesar de que muchos expertos han desarrollado durante el paso de los años diferentes herramientas y técnicas para desarrollar el reconocimiento, este sigue siendo complejo en ejecución.

Con el presente artículo tengo la intención de presentarte una perspectiva distinta del reconocimiento, en la cual indagaremos de manera integral su concepto y la participación en nuestras vidas. Tendrás información que te ayudará de generar en ti las preguntas necesarias para el entendimiento de tu propia experiencia, así como la gestión del reconocimiento en tu vida laboral.

Comencemos por definir el reconocimiento. El cual, si lo hacemos desde una perspectiva psicológica, nos permitirá encontrar la relación de conceptos con la vida laboral.

Recordemos más que un puesto de trabajo, somos seres humanos.

Si pones atención, el tema del reconocimiento ha sido una constante a lo largo de nuestras vidas, desde la dinámica familiar con nuestros padres o cuidadores, pasando por las diferentes etapas educativas, después en nuestro circulo social y por su puesto en nuestro entorno laboral. Nos resultan tan familiar que su influencia es casi imperceptible, así también es profunda.

Según la terapía conductual el reconocimiento es considerado como un reforzamiento positivo, lo define como una consecuencia que tiene el efecto de incrementar la conducta que la generó, el cual es más efectivo si sigue inmediatamente a la conducta. Es decir, el reconocimiento es una gratificación emocional que genera confianza, dicha confianza genera satisfacción, la satisfacción genera nuevas acciones. Digamos que es un premio que nos motiva a conseguir el próximo premio.  Cuando en nuestro entorno laboral recibimos reconocimiento, seguramente nos motivaremos a continuar con los entregables de manera adecuada o sobresaliente.

Ahora continuemos por comprender a nuestra necesidad por reconocimiento, la cual tiene un origen más allá del aspecto mental, se encuentra ligada de manera directa con las emociones y la historia de vida personal. Normalmente este tipo de necesidades surgen como manera compensatoria al intento de conseguir la aprobación del cuidador, es el reconocimiento un premio o gratificación que la figura a la cuál tenemos interés nos puede entregar. Ese interés no llegó ahí por casualidad, es un interés con una conexión emocional importante, pues desde esas conexiones es que creamos la necesidad de agradar, mientras más fuerte sea la conexión emocional, más fuerte será la necesidad de reconocimiento. En la familia primaria buscamos el reconocimiento de nuestras buenas acciones para poder recibir atención y amor, así pues, en la vida laboral buscamos ese reconocimiento para recibir un beneficio, principalmente económico o laboral, pero también emocional.

Esto tiene una razón biológica y de desarrollo de vida. Pensemos en los bebés que buscan constantemente el reconocimiento de su madre en una intención de recibir su atención, demuestra entonces sus capacidades, talentos o destrezas, como resultado la madre entrega un reconocimiento con de elogios y afecto, esto genera en el bebé el estímulo de seguir haciéndolo, lo cual, conforme el paso del tiempo, éste lo evolucionará en actividades de mayor complejidad, se convierte en el estímulo por seguir aprendiendo y mejorar. Dicho proceso instintivo nos permite aprender sobre nuestro entorno y desarrollar nuestras primeras competencias para enfrentarnos a la vida.

Hablando desde las neurociencias, es decir, a un nivel de los procesos de nuestro sistema nervioso, se ha descubierto que cuando recibimos un reconocimiento o gratificación, nuestro sistema endocrino libera dopamina, hormona extensamente estudiada, la cual participa en la generación del placer, la motivación y en el desarrollo de nuevos aprendizajes, la dopamina nos ayuda para disfrutar la vida. De ahí nuestra tendencia a seguir generándola.

 Ahora bien, lo negativo del reconocimiento requiere ser revisado, pues cuando no lo recibimos, tiende a convertirse en una situación frustraste, imán para las emociones de baja vibración (enojo, tristeza, frustración), resultando para algunos un motivo para su desmotivación.

Existe también el otro extremo, aquel en el que el reconocimiento es sobre explotado, se entrega a diestra y siniestra, transformado los estándares en simple métricas irrelevantes, digamos que se vicia la intención, al ser tan fácil lograrlo, el efecto que resulta es el contrario al esperado, pues se genera desmotivación, desaliento y desinterés por la mejora.

La teoría de Abraham Maslow sobre la pirámide de necesidades del ser humano, dice que las necesidades son graduales y requieren una satisfacción de igual manera gradual, buscamos satisfacer nuestras necesidades en orden, iniciando por las fisiológicas, de seguridad, de amor, de estima y autorrealización.

Con enfoque en nuestro tema, las necesidades de estima están orientadas hacia la autoestima, el reconocimiento de la persona, el logro particular y el respeto hacia los demás; entendemos entonces que para poder tener una existencia balanceada es importante la satisfacción de dicha necesidad, de lo contrario encontraremos conflictos.

Podemos considerar que una de las principales razones por las qué nos afecta de manera negativa el hecho de no recibir reconocimiento, es que valoramos nuestro trabajo en virtud de la aprobación del otro, como si nuestro esfuerzo más allá de entregar resultados solicitados, necesitara también la aprobación como un elemento de integración del logro. Cuando realidad nuestro esfuerzo concluye en la entrega del trabajo solicitado, el cual, aunque no tenga el reconocimiento externo, conserva su validez al ser el resultado de nuestra inversión de energía.

Debes entender que tu trabajo vale, incluso si el otro no lo valida como tu necesitabas que lo hiciera.

Viene entonces el reto de reconocer tu propio trabajo, se lee fácil, pero requiere esfuerzo, consciencia y sobre todo voluntad, se trata de hacer tu trabajo por la pura satisfacción personal de hacerlo bien.

“Que no sea el fruto de tu acción el motivo; ni te apegues a la inacción.” Bhagavad Gita.

Para concluir me gustaría aterrizar algunas sugerencias de acción en caso de que para ti en estos momentos el reconocimiento sea motivo de inestabilidad en la vida. Iniciemos por determinar que el reconocimiento tiene una raíz más allá de los aspectos laborales, que participa en muchas de nuestras situaciones cotidianas, identificar tu propio estilo de reconocimiento, estilo de reconocer y de ser reconocido, te facilitará el camino para tener relaciones constructivas. Puedes tomar como primer paso el ser consciente de los verdaderos motivos de tu necesidad de reconocimiento, normalmente los encontramos en nuestra historia de vida personal. El segundo paso sería establecer límites y expectativas, puesto que normalmente interpretamos lo que nos sucede de acuerdo a nuestra propia estructura mental, si para ti el reconocimiento debe ser con una expresión eufórica y pública, entonces todo lo que este alejado de ello será considerado como negativo o desagradable, conocer esto, te permite gestionarlo, actualizarlo. Como tercer paso, intenta crear un propio sistema de reconocimiento, date a ti mismo las palabras de motivación, agradecimiento y elogios que te mereces, eres tú mejor compañero. Integra este sistema a tu vida con una perspectiva de complemento, más allá que sólo un sustituto.

Por último, te recomiendo medites sobre situaciones de tu vida personal, en las cuales el reconocimiento ha jugado en contra ó a favor, encontrar aquellas personas o situaciones a las cuales entregar algún reconocimiento, o simplemente entender que si no llegó lo esperado será tal vez por situaciones ajenas a tu responsabilidad.