¿QUIÉN ES EL DUEÑO DE LA POBREZA?
Primer día de mayo de 2019. Nieva en Copenhague. Estoy en el último piso de la sede de Singularity University (SU) en esa ciudad. Hace frío y en las salas y pasillos corre la adrenalina tanto como el café. Los 45 participantes del Global Startup Program (GSP) conversamos, nos reímos, nos arengamos. Tendremos 10 minutos para pitchear a una audiencia de mentores, emprendedores en residencia e inversores la visión, misión y caso de negocio de nuestras compañías. Personas de todo el mundo llegaron para lo que SU llama el Idea Review Board (IRB) que es nada más y nada menos que contar en inglés y en 5 minutos la idea del proyecto para pasar a 5 minutos de preguntas ácidas, filosas y al hueso.
La audiencia está atenta, reloj en cuenta regresiva y comienza el IRB.
Miré detenidamente a los ojos de cada uno en la sala y envolviéndolos a todos con mis palabras pregunté con voz firme y convincente «¿Quién creen que es el dueño del problema de la pobreza?». Dos segundos de silencio y la respuesta volvió casi al unísono: “El Estado”. Impávido, de inmediato hice una segunda pregunta: «¿Quién es, entonces, el dueño de la solución del problema?» y, nuevamente, a coro: “El Estado”.
No hubo sorpresa. Es el pensamiento de la mayoría.
Responder abierta y francamente a la pregunta de la pobreza es fundamental para poder actuar. Hemos de tener muy claro quién creemos nosotros que es “el dueño del problema de la pobreza” para comprender, escuchar y proceder en consecuencia. Si el dueño es otro, cómo lo ayudo o, en el peor de los casos, cómo lo desoigo. Si somos nosotros cómo hacemos para solucionarlo y con quiénes. Es necesario tomar una postura, actuar y sostenerla.
Habituado a esa respuesta mayoritaria y no sorprendente, vuelvo en el tiempo a ese frío día de inicios de mayo de 2019 en Copenhague. La audiencia sigue atenta y mantiene su atención tratando de entender dónde está la oportunidad de negocio en esto que se les muestra. Sé que la respuesta recibida es entendible dado el contexto, la cultura y la historia. Por eso busco empatizar con cada uno de ellos y mostrarles una solución nueva, distinta, disruptiva. Les muestro las características, la visión y misión, la validación del mercado y su tamaño, el enfoque, el modelo de negocios por proyecto, la estrategia a un año, las ventajas competitivas y el mapa de crecimiento… específicamente, para erradicar la pobreza concentrada urbana.
Hubo sorpresa. No se lo esperaban.
Los números de la pobreza (del problema y las soluciones) son tan impresionantes que marean y nos quitan el foco: miles de actores, millones de ideas, billones de personas, trillones de dólares. Las soluciones aplicadas han sido múltiples, ineficientes y complejas, y la enorme mayoría han sido unidimensionales. Se gastó y gasta mal. El impacto es bajo, por no decir bajísimo versus la inversión. El sector privado estuvo poco involucrado porque, en general, piensan que “el dueño del problema es otro”. En la dirección en la que andamos no va a haber menos pobreza de la que ya existe. Los destinatarios de la ayuda permanecen invisibles, ocultos en estadísticas etéreas, ciclópeas, inhumanas, lejanas; la dimensión del problema sigue siendo inmensa, aunque en los últimos años haya disminuido; sabemos, también que considerables soluciones no funcionaron. Pareciera que el tipo de ayuda nunca cambió y que el sentimiento general es que erradicar la pobreza es imposible. IM-PO-SI-BLE.
Tal vez sea posible, y en nuestro tiempo. Y quizás las nuevas soluciones funcionen. Esta podría ser la mayor sorpresa de nuestro siglo.
Abro el diálogo para compartir ideas que puedan concretarse para hacerlo posible; invito a sugerir propuestas interesantes y disruptivas, conocer algunas “pequeñas respuestas” replicables y escalables, analizar la oportunidad de negocios de los ODS, en particular el #1. También espero acompañar algunas lecturas muy valiosas y tendencias globales y el uso de la tecnología, con todo su potencial. Además, examinar nuestro metro cuadrado de América Latina e indagar en los problemas del problema de la pobreza, según la caracterización de Esther Duflo y Abhijit Banerjee en Poor Economics.
Empezamos...
Asociado at Estudio Cabiche y asociados
5yQue bueno Pol!! Es difícil, pero si solo se intenta lo fácil, nunca vamos a empezar a solucionar nada.
HR & Total Rewards Manager
5yMuy Bueno Pol! Me gusta tu visión disruptiva de un tema ajeno para la mayoría... porque lo debería solucionar el Estado.