4 lecciones de liderazgo que nos deja el 2024

4 lecciones de liderazgo que nos deja el 2024

Siglo XXI, año 2024.

El planeta Tierra, en su ápice de la evolución. ¿Qué pensaría un homo sapiens si, una noche bajo las estrellas, en una cueva abrigada por el calor del fuego como la más reciente tecnología de su época, soñara con una ciudad como las nuestras, llena de edificios, carros y computadoras? Seguramente tendría dos preguntas claves, además del asombro y la incrédula posibilidad de que eso sucediera: ¿Cómo sería eso posible? y ¿quiénes serían capaces de conducirnos hasta allí?

Volvamos al 2024. Nada ha sido resultado del azar. Siempre han habido métodos y líderes que nos han conducido con sus decisiones hasta aquí, unos mejores que otros. Así que, en resumen, si lo hicimos bien o mal, eso siempre será relativo y juzgado desde la experiencia de cada uno.

A lo largo de la historia, muchas personas se han convertido en líderes por sus aportes, influencia y capacidad para transformar la realidad (Newton, Freud, Jesús, Gandhi, y al final, cualquier gobernante, desde la manada más primitiva hasta la comunidad más evolucionada de nuestro siglo). Pero justo ahora estamos en un momento determinante donde el liderazgo nos está definiendo más y más, como si se tratara del campo de gravedad que sostiene un universo.

Así que, sin más, me gustaría compartir cuatro lecciones para este año, en cuanto al liderazgo se refiere: lecciones sobre lo que no debemos hacer y lo que sí debemos priorizar. Advierto que cualquier coincidencia con mi propio país, es pura "coincidencia".


1. "Ya viene el coco"

Sobre navegar la incertidumbre

En la psicología individual estamos plagados de fantasmas que acechan nuestros pensamientos, y eso muchas veces nos impide tomar decisiones acertadas. Pero pasa igual en la “mente colectiva”. ¿Puede un país entero estar asustado por un fantasma que se teje entre tweets y burocracias? Si me lo preguntaran hace 10 años, diría que quizá no, pero hoy basta con observar nuestra sociedad. Se dan órdenes —no cualquier orden, sino de “líderes” muy importantes— que acechan la estabilidad psicológica de la sociedad y que han creado un miedo desestabilizador, a tal punto que obligan al caos sin que esto sea percibido como tal.

No sé si “el coco” venga, ya esté aquí o nunca llegue. Lo que sí es verdad es que se requiere de resiliencia y determinación para que cada líder, en cualquier rol y organización, mantenga la cordura, el coraje y la esperanza, para no dejarse avasallar por los fantasmas y los síntomas de una sociedad extraviada. Es necesario tomar decisiones en pro del bien común y el avance de la humanidad.

La clave es mantener el foco en los objetivos, pero, ante todo, poner a las personas por encima de cualquier interés de otro carácter, respetando su libertad, dignidad y también el ambiente que nos rodea.


2. "Lo mejor de lo peor que has conocido"

Sobre la desinformación y las democracias


La democracia juega un papel imprescindible en nuestra época, pero una mesa llena de alternativas no es suficiente para sentir que la democracia navega en su justo mar. Se requiere un trabajo más profundo en la búsqueda de alternativas que valgan la pena. Caso contrario, como ha sucedido en varios países, terminarán eligiendo los “mejores” líderes de las peores opciones sobre la mesa. En consecuencia, no cambian los gobiernos, sino más bien los regímenes.

En un mundo con un volumen desbordante de información, la “mente exprés” de la humanidad comprende cada vez menos, conoce menos, y, por tanto, elige peor. A veces ni siquiera elige, sino que es presa de lo que la mayoría diga que es o que se debe hacer.

El 2024 nos ha mostrado cómo un influencer o un outsider (vendedores de ilusiones) que sabe venderse en las redes puede manejar un país entero, y quizá luego el mundo. No estoy en contra de ellos, pero quizá cabe la frase: “Zapatero a tus zapatos”. El mundo necesita líderes que abracen la humanidad con experiencia, empatía y conocimiento, más que personas que llenen sus bolsillos de dinero a costa de la ignorancia de los demás.

Mi sueño y casi fantasía, reza de la siguiente manera como una premisa puesta en cualquier requerimiento de trabajo publico o privado; "Si quieres presidir un país o una organización, haz psicoterapia primero, conócete a ti mismo, desmonta tus prejuicios y tus ansias, ve a lo esencial, impacta la vida de los otros"


3. ¿Quién hace más ruido?

Sobre la obsesión de poder

La lucha de dos países por conquistar o defenderse del otro es una historia casi arquetípica que se ha repetido época tras época, desde los mitos de Caín y Abel. Al final, es una pelea infantil: dos niños, uno defendiendo su juguete y el otro intentando robar uno mejor.

Lo peor es que ahora los “juguetes” ya no son de madera, sino botones y armas que pueden acabar con la humanidad. Así llegamos a la paradójica evolución del humano: al borde de su propia autodestrucción.

Cuando el liderazgo se funda en el poder a costa de lo que sea, es solo narcisismo, si no psicopatología.

Este siglo requiere líderes que enfrenten los retos de la humanidad —cambio climático, nuevas energías, salud pública—, no que trabajen para satisfacer egos o agendas personales.


4. ¿Es el comienzo del final Terminator?

Sobre los desafíos ante la IA y tecnologías disruptivas

El 2024 nos pateó de nuevo el ego. Después de la pandemia, entendimos que no somos tan indispensables como creíamos. Las nuevas tecnologías pueden incluso superarnos en muchos aspectos.

No se trata de quemar computadoras y darle gusto a Hollywood. Se trata de aprovechar la tecnología para el bien no solo de las personas, sino también del planeta. Si la evolución nos permitió tener mayor autoconsciencia, debemos usarla para convertirnos en protectores del planeta, no en sus destructores. Todo lo que construyamos debe ser entonces, una extensión, una ayuda para la humanidad, en lugar de crear un reemplazo para la misma.


En conclusión..

El liderazgo del presente y el futuro no debería estar en las manos de quienes buscan poder per se, sino en quienes buscan propósito, empezando por..

1. Poner a las personas y al planeta en el centro de cada decisión.        
2. Redefinir el avance humano, priorizando el respeto, la cooperación, el humano y su ambiente y el bienestar holístico de las personas.        
3. Romper con el ego colectivo y liderar con empatía, conocimiento y visión sistémica.        

El mundo no necesita héroes, sino humanos responsables que entiendan que la verdadera evolución no es material, sino ética y comunitaria. ¿Venimos al mundo para destruirlo o para dejarlo mejor de lo que lo encontramos?

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