Brecha entre Perú y otros países de Latinoamérica en Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica - CTI

Brecha entre Perú y otros países de Latinoamérica en Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica - CTI

Por: Max Elias Figueroa Huaman

16 de Octubre del 2016.

“En la investigación es incluso más importante el proceso que el logro mismo”

Emilio Muñoz


Cuando uno se pone a pensar en países referentes en Investigación y Desarrollo (I+D), no cabe duda que los países que se posicionan como “Top of Mind”[1] son: Estados Unidos, China, Japón y Alemania, y no cabe duda que son parte del ranking en cuanto a disposición de recursos monetarios para fomentar y permitir la sinergia entre la inversión privada y pública. Por otra parte, una realidad distinta se vive en Latinoamérica, donde el país con mayor inversión per cápita del PBI es Brasil[2], en el puesto 11 para el año 2011.

¿Qué impedimentos y/o diferencias existen entre los países latinoamericanos y los países de otras regiones del globo? Según el documento presentado por el CONCYTEC “Política Nacional para el Desarrollo de la Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica”, se pueden considerar los siguientes factores como críticos:

·        Poca vinculación con las necesidades sociales, económicas y ambientales.

·        Insuficientes incentivos para CTI.

·        Insuficiente masa crítica de investigadores y recursos humanos calificados.

·        Problemática en el desarrollo y fortalecimiento de la infraestructura científico-tecnológico.

·        Deficiente institucionalidad.

No existe país ajeno a la investigación y la búsqueda del desarrollo, pero la preocupación y las acciones que pueden mostrar las distintas naciones pueden variar según los objetivos y prioridades que se tengan en el país. Imaginarse el porcentaje de inversión en I+D respecto del PBI en los Estados Unidos es aproximadamente del 2.7%, menor que los 3.3% que muestra Japón, pero la diferencia no solo nace por el porcentaje, sino también por el flujo de ingresos que ambas economías presentan, donde los gastos estadounidenses sobrepasan con creces los gastos japoneses.

Una perspectiva nacional respecto a la inversión pública en Investigación y Desarrollo nos posiciona en los últimos lugares de los distintos rankings existentes. Para el 2016 se tenía previsto una inversión del 0.7% del PBI para mejorar en ese aspecto[3], lo cual en comparación con la inversión de países vecinos nos sigue dejando en números poco competitivos, y considerando en números monetarios, la cifra continúa muy baja y poco atractiva para el sector.

En consideración con los puntos críticos mencionados con anterioridad, es realidad la poca vinculación entre las necesidades sociales, económicas y ambientales, pues no existe ese acercamiento necesario y el análisis correcto de la situación y del entorno que pueda justificar muchas investigaciones futuras. Los incentivos para la CTI son pobres, lo cual fomenta la formación de técnicos más allá de profesionales investigadores, los jóvenes prefieren salir a trabajar a quedarse en sus casas de estudios de procedencias para continuar con investigaciones de alto impacto en su entorno, lo cual también conlleva a la poca competitividad universitaria de las universidades peruanas frente a las universidades del mundo. La infraestructura es otro problema grave, al no existir políticas de renovación y mantenimiento correctas que faciliten la investigación adecuada, siendo más crítica la situación si se mencionan entidades públicas.

No se puede tapar el sol con un dedo, y la realidad es claramente visible, al mostrarse un alto grado de disconformidad en la población respecto al apoyo que recibe por parte del estado[4], y pese a las acciones que se toman por los altos ejecutivos del gobierno, los resultados son pobres. Solo de mencionar el incremento que se realizó en educación por parte del estado a 3.8% del PBI, que fue un incremento importante pero pobre en comparación de la realidad de países vecinos como Bolivia (6.4% de su PBI) o Chile (4.6% de su PBI)[5].

La cultura misma que se vive en el territorio nacional nos da un panorama sobre las limitaciones que se pueden suponer que existen en la actualidad. Del 100% de preferencias en cuanto a carreras profesionales, las carreras preferenciales son del área de ciencias sociales[6], y lo mismo sucede en varios países latinoamericanos; hablamos de una gran diferencia con países europeos, donde las preferencias están en las áreas de ingenierías y ciencias que permiten un mayor capital humano para la investigación tecnológica. Pero la realidad nacional no es tan desalentadora, la tendencia de preferencias por estas áreas crecen en un porcentaje aceptable en los últimos años, un suspiro para las esperanzas del gobierno nacional.

“El cambio debe darse lento pero seguro”, una idea arcaica que se mantiene en la mente pueblo peruano, pero en un mundo que te exige un crecimiento acelerado se tienen solo dos opciones; o sigues el ritmo y avanzas conjuntamente con las exigencias o te quedas como país tercermundista esperando resultados milagrosos.



[1] Expresión inglesa que se refiere a la marca o producto que surge primero en la mente del consumidor al pensar en una industria en específico. También puede ser deducido como “el primero en la mente”

[2] UNESCO SCIENCE REPORT 2010, UNESCO publishing – Pica Publishing, 2010, París.

[3] Artículo: “Perú invertirá 0.7% de su PBI para mejorar la ciencia y tecnología”, 11 de Abril del 2015, perú21.pe

[4] Informe: “Perú: Balance de la Inversión Pública”, Ministerio de Economía y Finanzas, SNIP, 2015.

[5] Artículo: “Aumenta presupuesto para educación, pero Perú es el país de la región con menor inversión educativa”.

[6] Informe: “V. Profesiones o Carreras Universitarias”, INEI, publicación digital.



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