El Manual de Oslo, una perspectiva de las MYPES para la generación de valor a través de la investigación y desarrollo.
Por: Max Elias Figueroa Huaman
02 de Octubre del 2016
“Por supuesto que tenemos que hacer un beneficio, pero tiene que ser a largo plazo, no sólo a corto plazo, y eso significa que debemos seguir invirtiendo en investigación y desarrollo”
Akio Morita.
Es cada vez más frecuente encontrar empresas grandes que invierten en áreas de Investigación y Desarrollo, y obviamente el dinero invertido en esas grandes empresas busca generar mayores beneficios en el corto, mediano y largo plazo, destinando tiempo y dinero al desarrollo de nuevos productos, métodos de producción eficientes, proyectos diversos y otros. El punto de vista de las grandes empresas responde a una visión en el futuro, un camino que se transmite a lo largo de su estructura organizacional para conseguir resultados, lo cual permite a las empresas ser más competitivas, consumiendo más mercado y tienen claro que una empresa que no avanza, que no mejora, que no se traza metas de crecimiento, caduca en el tiempo.
Las cifras no mienten, los números son fríos y muestran que a nivel mundial, más del 85% de emprendimientos fracasan, según Startup Chile[1]. Las razones pueden ser diversas y muy difíciles de cuantificar para analizar los factores propios de cada nuevo negocio que se lanza en el mercado, pero se puede llegar a deducir que uno de los principales factores del éxito de los emprendimientos en el mercado es producto de una buena investigación.
Para las grandes empresas del mundo, las grandes corporaciones estadounidenses y europeas para mencionar estas regiones de alto crecimiento empresarial, se facilita el uso de herramientas e inversión de recursos. Claro ejemplo es el Manual de Oslo, apoyado tanto por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) y el EUROSTAT (Oficina de Estadística de las Comunidades Europeas), un referente de suma importancia para apoyar la innovación tecnológica en las empresas a través del análisis y la recopilación de datos.
El Manual de Oslo, además de ser una guía que busca esclarecer conceptos y reunir una serie de actividades para la recopilación de datos, se encuentra en constante actualización, siendo la última versión publicada en el 2005, la tercera edición desde su primera publicación en el año de 1992, encontrando mejoras claramente beneficiosas para las empresas como la adición de servicio en el concepto de producto, apoyando al desarrollo de las actividades que generalmente agregan valor al producto propiamente dicho, además de poder ser la guía de las empresas híbridas y las que ofrecen servicios meramente intangibles.
El alcance del manual presenta lagunas para países de América Latina, de África, Asia central y meridional, y el Caribe. La facilidad para su implementación se torna difícil para organizaciones que no están bien estructuradas, que recién entran en el mercado o que se encuentran en crecimiento y justamente son el tipo de empresas que requieren más el apoyo de la investigación para su desarrollo y el de su comunidad.
Queda en debate el análisis del Manual de Oslo para su adaptación a pequeñas empresas. Es importante recalcar que el país tiene muchas empresas en busca de estabilidad en el mercado y el apoyo surge en la actualidad por parte de casas de estudio, a través de grupos de investigación, para el apoyo que en verdad termina siendo inferior al necesario para impulsar a las nuevas empresas y por ende al impulso en el crecimiento económico. Lograr que las empresas pequeñas impacten en el mercado será una carta a favor para el gobierno y sus miras en la formalización de las nuevas empresas que ingresan en el mercado, y tanto universidades como institutos deberían considerar la investigación constante en busca de resultados de peso, como se desarrolla en países europeos.
Se reafirma la importancia del manual y su propósito, además del grado de facilidad que permite flexibilidad para su uso, pero si juzgamos el vacío que se genera al no considerar los países de América Latina, se puede suponer dos hipótesis a grandes rasgos:
· Los países latinoamericanos no son considerados por el poco grado de iniciativas hacia la investigación y desarrollo.
· Los países europeos son más conscientes de la importancia de la investigación y el desarrollo para la generación de valor.
Influye el grado de formación por parte de los gerentes de las nuevas empresas, jefes y encargados, para empezar a impulsar la investigación dentro de sus organizaciones y mercados. También las alianzas con centros de investigación y casas de estudio, y por parte de estos hacia las empresas como intermediarios para llegar a impactar en el entorno, reafirmando su nivel de compromiso con la comunidad.
Una vez más, la educación juega un rol importante para el desarrollo e innovación dentro de la región.
Bibliografía
OECD y Eurostat. (2005). Manual de Oslo, guía para la recogida e interpretación de datos sobre innovación. Madrid: Grupo Tragsa.
[1] Artículo “Realidades y estadísticas acerca del fracaso de las nuevas empresas”. Autor, Javier Días. Publicado el 15 de Septiembre del 2013. Portal Web: negociosyemprendimiento.org