Educar "a veces cansa"... ¡o no!
La última obra del filósofo Josep Maria Esquirol, La escuela del alma, sigue haciendo las delicias de noveles y experimentados en el ámbito del pensamiento de calado. En un mundo de influencers en pantalla, encandilar desde y con la filosofía, es convertirse en toda una autoridad. Esquirol, como todo maestro que un año más ha acabado el curso, sabe que “vivir a veces cansa” (y educar… ¡cuánto más!) pero no por ello desertamos ni de la vida, ni mucho menos, de nuestra vocación: ¡ser educador!
Aunque no lo creamos, esa misma vida que “a veces cansa”, en ocasiones nos brinda la oportunidad de contemplar cómo las personas con propósito son capaces de desafiar hasta el ciclo de la vida y que, cuando menos esperemos latido y aliento, asistamos al renacer de las propias cenizas. ¿Prueba de ello? La celebración de un congreso educativo en el auditorio del Hyatt Regency de Barcelona, los últimos tres días de junio, con más de cuatrocientos profesores participantes, de los Nazaret Colegios Innovadores. Y es que como nuestro filósofo de referencia, y antes ya citado, también dice: “para crecer siempre es necesario juntar”.
Y sí, se han juntado el hambre con las ganas de comer. Cerrar un curso escolar venidos arriba, digamos que no es tarea fácil pero hay instituciones educativas con momentum, con impulso, que pelean por ganar partidos hasta en los minutos añadidos de la prórroga. Cientos de profesores de los Nazaret Colegios Innovadores, entre los que se encuentra el Colegio Montserrat, que celebran su 150 aniversario de existencia, han viajado desde Tenerife, Lanzarote, La Palma, Madrid, Badalona, Esplugues… a Barcelona para escuchar a referentes del universo educativo como Cristóbal Cobo, Montserrat del Pozo, Anna Forés, Juan Domingo Farnós o JuanMa de Alarcón, entre otros y ¡a punto casi de vacaciones! Y ¿por qué? Porque merece la pena configurar otras estrategias de escuela ante, por ejemplo, la fenomenología familiar cambiante de nuestra sociedad, o porque merece la pena apostar por ser escuela de diálogo aunque la realidad nos convenza de que parece más exitoso hoy en día charlar con Chat GPT que con el digno rival vecino.
Apostar por dignificar toda realidad humana en momentos de esquizofrenia existencial; plantear visión educativa de futuro desde una sana tensión creativa; atisbar la IA con mirada crítica y optimismo cauteloso y creer que ésta no reemplaza a los educadores pero sí transforma su rol en los procesos de enseñanza-aprendizaje; soñar la escuela como ámbito contracultural; diseñar escenarios en los que las personas que aprenden sepan crear sus propias herramientas para la responsabilidad y la autonomía; alcanzar una alfabetización también algorítmica… son algunas de las conclusiones de los asistentes al congreso educativo mencionado. ¡Cuánto nos queda aún por hacer y aprender!
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Y ante tanto, pareciera pues de verdad que vivir, educar, ciertamente “a veces cansa”… ¡o no! Para muestra, ¡un botón! (o congreso).
Mar S. Izuel, misionera de nazaret y educadora