ERRORES QUE EVITAN IMPULSAR A TU EQUIPO LABORAL

ERRORES QUE EVITAN IMPULSAR A TU EQUIPO LABORAL

La motivación laboral es un tema apasionante para mí, y el mantener esta motivación a un nivel óptimo no carece de complejidad.  Es importante la motivación en cualquier equipo de trabajo ya que sin esta o un bajo nivel de esta, se podrían reducir los niveles de productividad de forma considerable. Es de vital importancia conocer que hacer y no hacer para mantener esta motivación de nuestros empleados o colaboradores de la mejor manera. 

¿Conoces cuáles son esos ERRORES que deberías evitar para que tu equipo se mantenga impulsado EN SU TRABAJO O POSICION?

Errores que debemos evitar: La falta en la dirección, el aburrimiento y retribución.

 Para empezar, la falta en la dirección puede verse en diferentes actuaciones. Uno de estas es la falta de orientación y organización. Así como, y como la ausencia de unos objetivos definidos y claros; y si los hay, no son llevados al resto de la compañía de una manera idónea por falta de organización. Esto podría provocar una desconfianza al liderazgo provocando una evidente desmotivación laboral. 

Otro error común es tener el pensamiento como lideres que bajo presión se obtendrá mejor rendimiento (que no es cierto) en nuestros empleados dejándoles en un ambiente con falta de flexibilidad y dialogo. Esto podría provocar que el trabajador se sienta con menos autoestima, quemado, frustrado y sin iniciativa propia.

12 enemigos de la motivación laboral

Debemos recordar aquellos pequeños errores inconscientes que pueden acabar pasándonos una mala pasada en este terreno. Porque, ¿cuáles son los enemigos de la motivación en el trabajo?

1. Falta de dirección

Con falta de dirección nos estamos refiriendo a falta de organización, es decir, no solo que no existan unos objetivos claros y definidos implantados desde la parte directiva de la compañía, sino que, aunque los haya, estos no se encuentren correctamente organizados o que no se transmitan de la manera adecuada a los empleados.

2. Falta de confianza en la dirección

También puede ocurrir que el empleado no confíe en los parámetros que se le están dictando y que carezca de la oportunidad de comentar esta situación. La falta de confianza puede afectar, asimismo, a las competencias del responsable de equipo, de la parte directiva de la entidad, etcétera. Lo ideal es que el empleado sintiera siempre que puede aprender de sus líderes y no a la inversa. En caso contrario perderá su motivación laboral.

3. Jefes controladores

Desgraciadamente, todavía hoy nos encontramos con jefes y empresarios que creen que el trabajador solo es capaz de rendir bajo presión y cuando trabaja durante muchas horas. Pero nada más lejos. De hecho, España es el país de la Unión Europa con la jornada laboral más larga y, paradójicamente, la que menor rendimiento obtiene por hora trabajada.

Además, ese exceso de control tiene otra consecuencia: que el empleado siente que no se confía en él. De hecho, hasta pueden ralentizarse los procesos. Algo que termina en frustración y en falta de motivación; y que acaba con la iniciativa propia.

4. Retribución inadecuada

Aunque el salario tiene una parte muy emocional –directamente ligada a los beneficios sociales de la empresa– percibir una retribución poco acorde o inadecuada al puesto, responsabilidad o empresa afecta negativamente a la motivación laboral del trabajador, que aprovechará la primera oportunidad para marcharse.

Además, los salarios deben revisarse anualmente pues se trata de la manera más evidente de valorar el trabajo, y de la recompensa más obvia.

5. Falta de flexibilidad

La falta de flexibilidad atañe a varios aspectos del trabajo. Por ejemplo, la compañía puede ser inflexible con los horarios de los empleados, pero también en la concesión de vacaciones, la conciliación familiar y hasta las ideas que puede proponer. ¿Cómo va a estar motivado entonces?

6. Inseguridad laboral

La inseguridad laboral tiene mucho que ver con la transparencia de la organización. Si los trabajadores ignoran en qué situación financiera se encuentra la empresa y carecen de los recursos para averiguarlo, pueden sentir que su puesto peligra. Lo mismo ocurre si tienen un jefe autoritario. Razones de sobra para no querer seguir apostando por la entidad y para desmotivarse.

7. Trabajadores quemados

Recientemente la OMS comenzó a considerar el síndrome de Burnout como enfermedad laboral. Un síndrome que se caracteriza por un empleado harto, quemado, capaz de enturbiar el ambiente y que puede transmitir este sentimiento al resto de trabajadores. Es muy importante detectar este tipo de trabajadores e implementar políticas específicas para evitar estos problemas.

8. Mal ambiente laboral

Como sabemos, un clima laboral negativo puede derivar en conflictos y malos resultados de negocio. Por eso precisamente será importantísimo medirlo. Hacerlo permitirá reducir los sesgos y tomar mejores decisiones. Además, sabremos cuál es la fuente de descontento y los trabajadores se sentirán escuchados.

9. El estrés, el mayor enemigo de la motivación laboral

El estrés es otro de los grandes enemigos de la motivación laboral. Hasta tal punto que puede conllevar problemas tanto físicos como psicológicos a largo plazo. Esto atenta directamente contra el bienestar del trabajador, que puede acabar desarrollando desde el síndrome de burnout, hasta enfermedades cardiovasculares, ansiedad, trastornos del sueño, etcétera.

Para evitarlo –y a pesar de que este tiene mucho que ver también con cómo se toma el empleado el trabajo– la empresa debe garantizar que se cumple con el control horario y los protocolos establecidos, e incluso que la persona ha disfrutado de sus vacaciones en los tiempos reglamentarios.

Tan importante resulta descansar, que hacerlo incrementa la productividad entre un 10% y un 15%. Por desgracia hasta 2 de cada 5 trabajadores tienen dificultades para desconectar en vacaciones.

10. Personalizar los problemas

En trabajo –igual que en casi cualquier ámbito de las relaciones humanas– van a surgir problemas. La cuestión es no hacerlos personales. Si una empresa tiene una política muy personalista porque, por ejemplo, cree que de esta manera implica más a sus empleados, puede acabar generando otro tipo de conflictos.

11. Ausencia de futuro laboral

La ausencia de futuro laboral no solo tiene que ver con la prospección profesional, sino con la posibilidad de crecer dentro de la compañía. Algunas empresas no permiten ni una cosa ni la otra. Algo que puede repercutir en que el empleado no quiera seguir esforzándose porque no puede escalar. Para acabar con esto podemos introducir planes de carrera y de formación.

12. Aburrimiento

Aburrirse en el trabajo es lo peor que puede ocurrirle a un empleado –sobre todo si tenemos en cuenta la duración de la jornada laboral-. De hecho, es un indicador de que ha llegado la hora de dar el siguiente salto profesional. El trabajo debe constituir un reto, incentivarnos y generarnos satisfacción personal, y no todo lo contrario.

No estamos hablando de abandonar el puesto, pero en estos casos es imprescindible que el empleado hable con su responsable y le informe de que está preparado para asumir nuevas metas. Como empresa, el exceso de personal puede acabar derivando en este tipo de problemas.

La motivación laboral es uno de los ingredientes imprescindibles en la productividad. Un trabajador motivado siempre será más productivo que un trabajador quemado. Acudir cada día al trabajo de buen humor, con una actitud positiva y proactividad ante las tareas sin duda se reflejará en los resultados. Pero no es tarea fácil. Y aunque la motivación es un factor muy personal, desde los departamentos de Recursos Humanos se pueden llevar a cabo estrategias que la fomenten.

No hay duda de que la motivación laboral de los empleados tiene gran influencia en el buen desarrollo de una empresa y su productividad. Y también en el compromiso y el bienestar de la plantilla. Cuando un empleado siente que pertenece a una empresa que se preocupa por las personas y su bienestar, aumenta su compromiso con ella. Al sentirse alineado con los valores de la empresa, asumirá los retos y objetivos como propios y se implicará más. La motivación y la productividad van de la mano, y eso parece no entenderse en muchas ocasiones. Por ello, en muchas organizaciones, cuando se habla con Dirección General de este tema, parecen comprenderlo, pero realmente no es un tema que esté interiorizado, en la mayoría de los casos, ya que no toman el tiempo adecuado, ni los recursos para apaliarlo. 

Mantener la motivación es la clave

Posiblemente una de las tareas más complicadas para los responsables de la gestión de personas sea la de tratar de mantener una motivación constante de la plantilla. Porque los empleados evolucionan, transitan un ciclo dentro de la empresa en el que las necesidades van cambiando. Al mismo tiempo que van cambiando también sus necesidades personales. Por eso la comunicación es tan importante. Recibir feedback permitirá a la empresa ser consciente de qué factores pueden suponer una mejora para el bienestar de los empleados.

Inicia sesión para ver o añadir un comentario.

Otros usuarios han visto

Ver temas