Liderazgo ¿Clave del Desarrollo?

Liderazgo ¿Clave del Desarrollo?

En nuestro ambiente profesional, todos hablamos de “ser líderes” ó de que debemos apuntar a un “liderazgo efectivo, inclusivo, horizontal”, generando muchas tendencias contemporáneas que buscan transformar los roles de la actualidad profesional, erradicando un concepto de “jefatura”, para implementar mejores ambientes de trabajo y desarrollo profesional.

No obstante, a medida que nos desenvolvemos en el día a día nos consultamos ¿estámos tomando la palabra o postura “liderazgo” correctamente?, en muchas empresas y en especial, aquellas medianas y pequeñas, normalmente se tiende a promover este tipo de posturas con el fin de proyectar un crecimiento a mediano o largo plazo, pero ¿lo hacemos de aforma adecuada?.

En ese sentido, en definitiva, el liderazgo entendido como la capacidad de gestionar directa e indirectamente el foco de un grupo de personas, con la finalidad de establecer estabilidad, propósito y crecimiento, ya sea para un proyecto o cumplir un determinado objetivo, es algo con el cual no debemos jugar para mantener el desarrollo correcto, no solo de nuestros propósitos y corporaciones, sino también de nuestros compañeros, trabajadores, clientes y todos aquellos que se involucran en nuestra actividad. El liderazgo, es algo que debe resaltar con suficiente madurez, para saber diagnosticar, ¿cuándo se debe delegar?, ¿cuánto se debe administrar?, y ¿cómo se debe plantear?; estas tres preguntas, que creo deben ser base para aquellas personas que por a) circunstancias ó b) posiciones, ejercen y tienen influencia en el camino profesional (y hasta individual) de las personas.

En ese orden de ideas, si bien es algo sumamente positivo, en ocasiones he visualizado como muchas son las personas que toman el tema de “liderazgo” con cierta vanidad o vaguedad, el cual puede conllevar a resultados inmensamente negativos, lo que genera muchas alarmas para evitar tropiezos o quistes en el desenvolvimiento ordinario o natural, que se pretende con esta posición clave. Si bien existe un liderazgo natural en algunas personas, esto no debe ser excusa para no continuar desarrollándolo o formándolo, ya que como posición clave, estará absorbiendo muchos elementos diversificados, el cual deberá contar con herramientas para poder superar la adversidad y mantener la estabilidad y enfoque que el rol exige, como lo puede ser: conocimientos técnicos, empatía, resiliencia, inteligencia emocional, comunicación efectiva, proyección, paciencia, humildad y determinación.

Así las cosas, el liderazgo, no debe ser entendido como una posición o título pasivo, éste, constantemente se encuentra en aplicación y se debe ejercer con mucha proactividad y objetividad, a tal fin de poder diagnosticar cuando no se es capaz de llegar con determinado tópico o elemento y poder delegar en quien si puede desarrollarlo, poder visualizar el panorama general, para así mantener la estabilidad del todo, independientemente de la pieza que falle en el engranaje.

Un líder, es aquella persona que debe encontrarse siempre dispuesto a proveer, y a su vez, a consultarse o examinar serenamente, el ¿cómo marchan las cosas?, lo que se traduce en que debe contar con una inteligencia emocional blindada, mantener tiempos de descanso, y hasta aconsejable, mantener una rutina de ejercicio físico, ya que de su labor, no sólo depende el cumplimiento de un objetivo (el cual puede o no llegar a su fin), sino la armonía y desarrollo de un equipo, que espera un toque de confianza para poder manifestar lo mejor de sí, y de prepararlo para que en caso sobrevenido los objetivos no se cumplan, sacar provecho de todo el esfuerzo invertido, pudiendo extraer siempre destellos positivos aprovechables en un futuro.

En definitiva, el liderazgo, no debe ser visto sólo como una posición para la persona que más resalte, sino para aquella persona que debe llevar el tiempo y gerencia objetiva en el manejo real de situaciones, con la suficiente fortaleza para ser inquebrantable ante y para su equipo, pero con la suficiente humildad y madurez para ceder ante aquellas situaciones que lo ameriten, siempre pensando en el todo, mientras invierte su tiempo en el desarrollo potencial de cada pieza. Es aquella persona que debe estar dispuesta a siempre plantear la ruta, dejando su huella inicial en el camino, pero con la única intención de esperar a cambio la fructífera y enfocada diversificación de vías para la consolidación del objetivo general y/o particulares, con ello promover en el buen sentido el cambio de paradigma, "erradicar la jefatura, comenzar a dejar de usar fríamente el término líder, para así empezar ejercerlo verdaderamente”.

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