Ordinarios pensamientos de un extraordinario emprendedor
Capítulo X: Tiempo de descansar
Un día con una temperatura récord superior a los 30 grados. El sol brilla intensamente sin que las nubes se interpongan en el camino de sus potentes rayos. La gente del pueblo camina en busca de sombra bajo los árboles, con botellas de agua en mano. En medio de la ciudad, se encuentra un parque con un césped verde y vibrante. En una banca de madera gastada por el paso de los años, se encuentran el buen Chad y el joven emprendedor.
"¿Cuándo continuaremos nuestro camino?", preguntó el buen Chad.
"Tan pronto como terminemos la recolección y organización de recursos según lo planeado, podremos continuar. Vamos despacio, pero estamos progresando cada día", respondió el joven.
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"Detecto cierto nerviosismo en ti. ¿Por qué el tiempo es tan importante para los humanos?", cuestionó el buen Chad.
"Por miedo. Los humanos somos efímeros, un instante en el tiempo. Muchos buscan desesperadamente encontrarle sentido o significado a la vida. No encontrarlo los abruma y aterra. Por eso notarás que, en ocasiones, los encontrarás estresados, corriendo de un lado a otro. Yo estoy nervioso porque hay un límite de tiempo en este viaje y hay muchas cosas por organizar y hacer para que sea un éxito. No quiero volver a casa con un fracaso en mis manos", explicó el joven emprendedor.
Chad empezó a comprender aún más las preocupaciones de su amigo. En una era donde todo cambia y evoluciona rápidamente, es necesario estar preparado para adaptarse al cambio a la misma velocidad. Sin embargo, los humanos también necesitan descansar, y eso es algo que se aprende con el tiempo. Descansar adecuadamente no es lo mismo que rendirse o procrastinar. Esa puede ser la clave del éxito de un proyecto: establecer de manera adecuada y frecuente los descansos necesarios para el individuo, para mejorar su rendimiento y desempeño en la ejecución de las actividades del proyecto.