Orgullo y prejuicios

Orgullo y prejuicios

              

Hace más de doscientos años que falleció Jane Austen, la autora del libro “Orgullo y Prejuicio”, obra que invita a reflexionar sobre el papel de la mujer (en aquella época y en la actualidad).

 Por si no la has leído, el argumento es el siguiente:

 La vida de una familia inglesa de la baja burguesía (los Bennet), matrimonio con 5 hijas que viven cerca de Londres (en el campo), durante el reinado de Jorge III (1760 a 1820). 

En la sociedad de esa época, nacer mujer suponía una “faena”, ya que el mayorazgo solo se transmitía por linaje masculino, y la “profesión” de las jóvenes, (sin herencia) era buscar marido con patrimonio si querían huir de la pobreza.

Esta presión social convertía a las mujeres en una verdadera “moneda de cambio”, y cuyo valor se basaba en la belleza, que podía “incrementarse” con un apellido de alcurnia o aptitudes como tocar algún instrumento o una buena voz para cantar en los eventos sociales.

La protagonista: Elisabeth, veinteañera sin estudios ni preparación alguna para poder elegir otro futuro, a la que, a pesar de tener pensamientos adelantados a su época, no le queda más remedio que rendirse a lo que su familia y la sociedad le inculcaban: casarse “bien” para alcanzar la estabilidad económica (y, con suerte, la felicidad, pero esta última, secundaria).

 

 La historia de esta obra refleja el machismo y androcentrismo de esa época (siglo XIX):

·        El varón debía mostrarse poco amigable, seguro, y con una coraza que escondiese cualquier viso de inseguridad, o fragilidad. Y, por supuesto, tener fortuna y poder.

·        La mujer debía ser buena esposa, madre, amante, secretaria, y llevar toda la carga familiar. Para tener una posición desahogada, aparte de ser hermosa, era prácticamente imprescindible contar con una buena dote (que pasaba directamente a ser propiedad del esposo…)

 Una forma de entender la vida (decidida de antemano) que sumía a las mujeres en el incierto futuro que se cernía sobre ellas si no encontraban un marido que las alejase de la soledad a la que las condenaría su soltería.

Sí, sí, hablamos del siglo XIX…aunque si damos un repasito a nuestra historia reciente, parezca mentira.

En resumen, y tal y como reza el título de la obra de Jane Austen (de los pocos referentes femeninos en la literatura anteriores al siglo XX):

Orgullo para ellos y Prejuicios para ellas.

 Recordemos alguna acepción de esas dos palabras:

¨ Orgullo:  2. Arrogancia, vanidad, exceso de estimación propia, que suele conllevar sentimiento de superioridad.

¨ Prejuicio: 2. Opinión previa y tenaz, por lo general desfavorable, acerca de algo que se conoce mal.

Actualmente, el futuro deseable para (la mayoría) de mujeres es una vida laboral activa, que le permita realizarse profesionalmente, ser independiente económicamente, y poder compatibilizarlo con una vida personal y familiar.

 Es decir, en 200 años, la sociedad (occidental) ha cambiado radicalmente.

 Pero…

 Ø ¿Para todas?

 Ø ¿En igualdad de condiciones y con las mismas oportunidades que ellos?

 Ø ¿Sin que la sociedad piense que “la casa y los retoños son cosa de ellas”?

 Ø ¿Sin dobles jornadas?

 No vamos a responder a estas preguntas.

  Hazlo tú y nos cuentas.


Yamiledh Torres

Técnico superior Asistencia a la dirección/ Auxiliar administrativa

1 año

Me encantan estas lecturas, la verdad es que avance y progreso real y que se aplique a toda la población no existe, estamos muy lejos de ello y no solo lo vemos y vinimos como mujeres, si a ello se le añade el lugar de nacimiento y si logras o no, emigrar de el... Las cosas pueden ser peor o por lo menos un poco menos agresivas

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