¡A ver cuál chicharrón truena más!
Ponernos de acuerdo es algo que nos cuesta como seres humanos. Eso, basados en la premisa de que “Cada cabeza es un mundo”. Recuerdo en una reunión de trabajo que un empresario me dio esa frase “Esto no se trata de ver cual chicharrón truena más” Sino que los gerentes se pongan de acuerdo y avancemos.Esta referencia popular, es muy común en nuestro país, ya que por todos es conocido el chicharrón. Sabemos que es crujiente. Y muchísimas personas disfrutan de sus encantos.
Pero me causó tanta gracia la frase, y tal impacto el uso que le dio, que siempre que me toca mediar, conciliar, o poner de acuerdo a personas en diferentes proyectos, siempre resisto la tentación de usarla.
Sin embargo, en nuestro país pareciera que esta cultura tan arraigada de ganar argumentos mediante la imposición es algo de muchos, muchos años atrás. Pese al mundo cambiante en que estamos actualmente, donde la pirámide invertida de gerente y colaboradores, ahora los gerentes aparecen en el último lugar sosteniendo y apoyando a sus colaboradores en lugar de tronando dedos para que todos corran.
¡Los latinos somos excesivamente emocionales y sanguíneos!
Hemos perdido el arte de escuchar, analizar y pensar la respuesta. Dale Carnegie, en su libro “Cómo ganar amigos e influir en las personas” pone un a-b-c sumamente claro de cómo podemos abrazar nuevas conductas relacionales con las personas que nos rodeen. Y son tan simples como sorprendentes.
Les comparto dos de ellas: La primera es “Cada quien, según si mismo, tiene la razón” y aconseja que no debemos entrarle a las personas con un “Estás equivocado” Porque todo varia según las perspectivas que se vea. Lo idóneo debe ser escuchar y luego decir ¿Qué te parece esta perspectiva mía? ¿Qué opinas de esto que te diré? No le estamos diciendo “Estás equivocado” ¡A nadie nos gusta! Ni a usted que lee ni a mi nos agrada cuando nos dicen, sabes qué… no es por allí. Sepamos reconocer que “Sólo el cucharón sabe lo que hay al final de la olla” Es decir cada persona tiene una perspectiva suya, de los hechos. Busquemos escuchar para entender. Y una vez entendiendo, hablemos.
Lo segundo que enseña es “Si quiere sacar miel, no golpee el panal” es increíble como nos enfrascamos en dañinas discusiones con familia, amigos y compañeros de trabajo, que seguramente después necesitaremos algo de ellos. ¡Por mínimo que sea! Saber que no vivimos aislados en este mundo y que necesitaremos de la gente tarde o temprano nos hace manejar mejor nuestras emociones y decir ¡Tarde o temprano necesitaré personas a mi lado! Mejor comienzo a cultivar relaciones correctas. Cierro con algo que vi en un cartel, y explica mucho de lo que he escrito: ¿Querés tener la razón, o ser feliz? / ezaldivar@2050comunicaciones.com