¡Ya están aquí los "chalecos amarillos"!
Hace dos semanas, argumentaba a mi suegro, a la vista de lo que él consideraba barbaridades y desmanes de los "chalecos amarillos" franceses, que los chalecos amarillos pronto llegarían a España.
La sociedad capitalista, que gobierna el mundo a través de los mercados con mano de hierro, está obviando o menospreciando los cientos (quizás ya miles) de señales que indican que deben de moderar su dominio o su dominio se acaba.
La época postindustrial en la que estamos sumidos, está mostrando luces y sombras. Las nuevas tecnologías aportan soluciones...y nuevos problemas a las personas.
Se quieren mostrar como irreversibles e inevitables los daños colaterales ( si no esenciales) que dicha transformación produce (más desempleo, mayores diferencias sociales, destrucción del medio ambiente, deslocalizaciones, grandes migraciones, tensiones prebélicas, etc).
Las personas de a pie, los ciudadanos, se resisten a lo inevitable e irreversible de estas situaciones, y señales como el Bréxit, Trump, Podemos, Vox, Open Arms, Chalecos amarillos.... enfrentan, en ámbitos muy diversos, situaciones complejas que enmascaran o pretenden enmascarar el fin último de todos los humanos: su dignidad como seres libres.
Desde que los homínidos pueblan la faz de la tierra, los conflictos graves, reales o provocados, se han dilucidado a través de la fuerza, de las armas, de las guerras... cuyo resultado ha sido un nuevo dominio de unos sobre otros y que, normalmente, producían periodos más o menos prolongados de paz y estabilidad social hasta que volvía a aparecer el conflicto, resuelto otra vez con violencia y muerte...y vuelta a empezar.
¿De veras no hay otro camino?
A nadie se le escapa (y a quien se le escape es que no está en su sano juicio) que estamos viviendo momentos que son antesala de conflictos cuya solución, en función de como se aborden, desencadenarán en enfrentamientos violentos, guerras ...y más muertos.
Las guerras tienen tres tipos de víctimas: los instigadores, los que miraron para otro lado y pudieron actuar y, finalmente, los mudos testigos.
En este siglo, salvo escarceos rusos en Crimea y la inestabilidad en oriente medio, no parece que los conflictos provengan de deseos imperialistas de unos estados sobre otros territorios: más bien parecen obedecer al imperialismo del capital....capital que se vería enormemente perjudicado si la destrucción alcanza sus patrimonios materiales que validan los apuntes contables que soportan los mercados.
Las Taxistas en España están en pié de guerra y sus reivindicaciones van más allá del conflicto del Taxis: es un enfrentamiento a sistemas extractivos que desnaturalizan la contribución, a través de los impuestos, a los estados donde se recogen los beneficios que producen los ciudadanos de dichos estados.
Los estados están sobrepasados completamente sobrepasados por el capital: Ronaldo venía a pactar con la fiscalía a fin de evitar la cárcel pagando 18´8 millones de euros por supuestos delitos fiscales. Las grandes multinacionales, los grandes evasores y elusores de impuestos (con los que pagamos hospitales, colegios y servicios sociales), no son perseguidos por estado alguno (¿quizás en China?) por extraer recursos a ciudadanos en los que no revierten el fruto de sus esfuerzos. Son apátridas de las personas: son monstruos de la codicia.
Este es el gran reto de la sociedad postindustrial: legislar y hacer cumplir las leyes que aporten beneficios al mayor número de personas posibles recaudando los impuestos y aplicándolos allí donde se produce la riqueza.
Los chalecos amarillos ya nos mandan sus señales...
Capital: ¿Estás ciego?