CAMINANDO EN SUS ZAPATOS
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Es un ejercicio impresionante que practique hace años y sirve para aprender empatía.
Pase seis meses conociendo a una persona y después culminamos literalmente intercambiando zapatos por un día como parte de un proceso de aprendizaje. Terminado el proceso nos dieron un tiempo de reflexión para describir a nuestro compañero y lo que habíamos experimentado al caminar en sus zapatos.
La experiencia fue única, algo que difícilmente puedo describir y lo que me dijo él, después de ponerse mis zapatos se quedó grabado en mi mente para siempre. Es muy difícil ver las cosas como otra persona las ve y este ejercicio fue para eso.
¿Recuerdas la última vez que tuviste una plática o discusión con alguien y no veían las cosas de la misma forma? Yo creo que a todos nos ha pasado porque vemos las cosas solo desde nuestro punto de vista.
Ese día después de seis meses, el entrenador nos dijo, “intercambien zapatos porque hoy todo el día caminarán en los pasos de su compañero”. Mi compañero de taller era una persona muy inteligente y con grandes logros profesionales pero tenía una desventaja física que no describiré.
Mientras use sus zapatos por un día observe el mundo desde su punto de vista y sentí que debía esforzarme el doble por salir adelante comparado con los demás. Desde su punto de vista entendí que él no podía ser débil ni por un instante.
Mi respeto por esta persona creció aún más después de ese día de andar en sus zapatos porque me di cuenta que su desventaja física lo había impulsado a mayores alturas. Es ahí en donde a veces fallamos las personas que tuvimos suerte y hemos gozado de salud, vivir en familia, educación, etc. En otras palabras a veces se nos olvida apreciar lo que tenemos.
TAMBIÉN APRENDÍ OTRAS COSAS.
Aprendí que dar un consejo sin que alguien me lo pida, es como insultar a la persona por el simple hecho de no poder vivir y experimentar que se siente ser él o ella.
Aprendí que para no entender a aguien, solo necesitamos ser un poco egoístas y ver las cosas únicamente desde nuestro punto de vista.
Que para perdonar o disculpar a alguien y lograr nuestra tranquilidad mental requerimos ponernos en su lugar para por lo menos comprenderlo un poco.
Aprendí que es un tonto el que pregone conocerte mejor de lo que te conoces tú mismo.
Aprendí que para comprender lo que la otra persona quería transmitir, necesitamos tener calma, reflexionar, invertir los papeles y repasar lo que dijo como si lo estuviéramos diciendo nosotros y apenas así entenderemos una parte de su punto de vista y de ahí nace la famosa tolerancia que tanto escuchamos mencionar actualmente.
Y aprendí que para ser empático se necesita un gran nivel de madurez y mi empatía está en pañales aunque llevo tratando de mejorarla desde hace años.
Armando Sánchez Díaz Medina. Entrenador en hábitos de alimentación, ejercicio y salud. Arista 1568 Col. Nueva. (686)5670092